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Me llamó la atención que estuviera en su estuche Este nos viene del lote que nos regalaron los hijos del dr. Francisco Clar, de Mallorca, con libros y muchos utensilios. Incluso un micrótomo por congelación, que creo merecerá otro artículo, si me dejan.

Me explico.: un problema científico fue el de contar los glóbulos rojos de la sangre, los hematíes. Entre cuatro millones y medio a cinco dentro de cada milímetro cúbico de sangre según seas hombre o mujer. Si hay menos, es algo de anemia y si hay muchos menos es mucha más anemia. Por eso hubo que empezar a contarlos para «medir» esa anemia. Pero contarlos en un cubito de un milímetro de lado de sangre espesa fue imposible siempre.

Y aquí viene las matemáticas y los fabricantes finos de aparatos de laboratorio: El de la foto: Un tubito muy de medio milímetro o menos de calibre, al final del cual hay en raya roja con un 1 seguido de un ensanchamiento y más arriba está la señal 101 en otra raya, y después sigue otra vez tubito fino hasta arriba para poder aspirar..¡Menuda precisión!. No es raro que fuera delicado y frágil. De ahí que lo valore y le haya pedido a José Barber unas buenas fotos. Viene en el envase original y nunca ha salido de su estuche.

Su empleo: Llene de sangre suya hasta la señal 1 y después aspire hasta la de más arriba con una solución especial casi como agua, y así podrá disolver aquella primera parte de sangre, hasta CIEN VECES. Y para ayudarle, dentro del ensanchamiento hay un trocito de vidrio rojo a modo de cucharilla interna para agitar. Hasta aquí bien.

¿Y qué hacemos con eso si lo que queremos es contar esos microscópicos hematíes? Pues como ya es un líquido más claro, lo depositamos sobre un cristal que lleva cuadrículas que forman cuadraditos de 0, 04 mm cuadrados , o sea algo solo visible al microscopio y que se llena « a tope», un tope que es una decima de milímetro de alto, debido a una lámina de cristal y se pone Ud. a contar hematíes en una serie de cuadraditos y después hace las multiplicaciones correctas para así deducir cuantos millones había en aquella sangre antes de aclararla.

Hoy en día se recuentan con cámaras electrónicas, y no contando los hematíes de uno en uno: pero lo de la dilución hay que hacerlo, antes, igual. Por tanto no me digan que aunque sea cosa de décimas de milímetros, no sea digno de Museo. Así lo hacemos. Y la llamamos Pipeta de Thoma, y al cristalito ese de las rayas microscópicas, Cámara de Neubauer. Así nos «medían» las anemias no hace tantos años: a la décima de milímetro. Merecen guardar y en su estuche original ¿No creen? Pero eso si mirar y no tocar, por lo frágil.

Nota: Yo suelo preguntar a visitantes ante una gran foto de hematíes, como creen que se cuentan 5 millones en un milímetro cúbico de su sangre: que se nota que van enterados.. ¡ Suerte!.

Miguel Timoner Vidal

Voluntario