En una zona como el margen insular de Menorca, declarada Reserva de la Biosfera, estudiar y comprender todos los factores que afectan a la biota local, incluidos los geológicos, es importante para poder llevar a cabo las tareas de conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas presentes en la zona.
Entender los procesos geológicos que tienen lugar en el margen menorquín, así como conocer la distribución de los tipos de fondo es importante no solo por su relevancia a nivel geológico sino también por su implicación a nivel biológico, ya que los organismos vivos interaccionan con su entorno y, por tanto, las características físicas, químicas y geológicas (como el tipo de fondo y su morfología) del entorno van a condicionar el tipo de especies que habitan en él.
En 2023 se han realizado en aguas de Menorca dos campañas oceanográficas con el objetivo de completar la batimetría de la zona incluida dentro de la Reserva de la Biosfera y determinar el tipo de sustrato que compone el fondo marino y su distribución a lo largo del área de estudio. La zona estudiada se extiende desde los 30 hasta los 2.200 metros de profundidad, cubriendo el polígono de las 12 millas que delimita la zona marina incluida dentro de la Reserva de la Biosfera de Menorca.
Estas dos campañas, que forman parte de los programas de seguimiento del medio marino de Menorca que lleva a cabo la Estación de Investigación Jaume Ferrer, suponen la culminación de los trabajos de prospección geológica que se habían iniciado en años anteriores.
La primera campaña tuvo lugar entre el mes de marzo y abril a bordo del buque oceanográfico Ramón Margalef y fue desarrollada por el grupo de Geociencias Marinas del IEO, CSIC. A lo largo de esta campaña de 10 días de duración, se pudo obtener la batimetría de un área de unos 1390 km2 empleando para ello una ecosonda multihaz (equipo que emite pulsos acústicos que nos permite obtener la profundidad del fondo marino a medida que avanza el barco); adquirir 400 km de perfiles del subsuelo que permiten ver los estratos sedimentarios más recientes que hay en la zona de estudio, y se realizaron 66 estaciones de muestreo en las cuales se recogió sedimento superficial para poder analizar su textura y composición (contenido en materia orgánica y carbonatos).
La segunda campaña se desarrolló en el mes de julio a bordo del buque Francisco de Paula Navarro y tuvo una duración de 4 días. Durante la misma se pudo realizar la batimetría de un área de más de 39 km2, se realizaron 35 estaciones de muestreo y, además, se llevaron a cabo 4 estaciones con el trineo de vídeo bentónico para obtener imágenes directas del fondo marino.
Los datos de ecosonda multihaz adquiridos este año, unidos a los recopilados en campañas previas, permiten obtener un mapa de la batimetría del margen insular de Menorca incluido dentro de la zona declarada como Reserva de la Biosfera, cuya resolución varía de 5 metros de la zona de plataforma a 15 metros en la zona del talud, esto quiere decir, que aquellas estructuras u objetos mayores de 5 metros en plataforma y 15 metros en el talud son identificables en la batimetría.
Esta información sobre el relieve del fondo, unido a la información que aportan los perfiles del subsuelo son herramientas muy útiles para poder determinar los principales rasgos geomorfológicos que caracterizan el margen menorquín y por tanto comprender los procesos geológicos que predominan en la zona.
La reflectividad del fondo, que se extrae de los datos de la ecosonda multihaz, aporta información sobre la naturaleza del mismo. Por tanto, el mapa de reflectividad junto con la información que aportarán los análisis de las muestras de sedimento superficial recuperadas en ambas campañas, así como las imágenes obtenidas con el trineo de vídeo bentónico van a permitir no sólo conocer los tipos de sedimento que hay en el margen de Menorca, sino también ver cómo se distribuye a lo largo de la zona de estudio.
En la actualidad todavía se está trabajando en el procesado de los datos acústicos para obtener una batimetría con la mayor calidad y resolución posible. También están todavía pendientes el procesado de las muestras de sedimento que será analizadas con el objetivo de conocer las características del sustrato (tamaño de grano, contenido en materia orgánica y carbonatos) que rodea la isla.
Natalia Martínez Carreño
Grupo Geociencias Marinas (GEMAR), Servicios Centrales Madrid del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC).
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