La designación de Adolfo Vilafranca y Jordi López como candidatos del PP-Menorca obliga a las formaciones de izquierda a replantear su estrategia para las elecciones de mayo. | Josep Bagur Gomila

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La designación del conseller Adolfo Vilafranca como candidato al Consell y del exsenador Jordi López Ravanals como número 1 al Parlament complica el escenario al PSOE y a Més para las elecciones del 28 de mayo. La izquierda ha de afrontar una situación imprevista con unos candidatos de confianza de Misericordia Sugrañes, quien, al renunciar a encabezar la lista al Consell, actúa con savoir faire, demuestra inteligencia y ve reforzado su liderazgo al frente del PP menorquín.

En una semana ha cambiado todo. Y las cosas se podían haber hecho de otra manera, porque fallan las formas. Pero Sugrañes, a diferencia de Santiago Tadeo –que pilló a contrapié a un despistado José Ramón Bauzá- no se había autoproclamado candidata al Consell y al Parlament.

Lo que todos daban por hecho como el duelo Susana Mora-Coya Sugrañes, la crónica anunciada, se transforma, gracias a una operación relámpago gestionada con discreción y rapidez por el senador Cristóbal Marqués, secretario general del PP-Menorca y mano derecha de Sugrañes, en un desafío entre la candidata del PSOE, que aspira a ser reelegida, y el candidato del PP, que constituye un cartel renovado.

Todo ello, que incluye la componente territorial y obliga replantear las estrategias, se debatió en el comité insular del PSOE-Menorca celebrado ayer.

LA EROSIÓN

Mora sabe que deberá descontar, en las urnas, la erosión sufrida por los desmarques de Més y Unidas Podemos, aliados y al mismo tiempo adversarios, que se disputan cada voto de la izquierda menorquina.

El ejemplo más contundente, que abrió la crisis de los siete días en el Consell, se produjo con el distanciamiento de Més ante el proyecto de Ley de Reserva de Biosfera, con dimisiones en bloque incluidas, naturalmente reconsideradas porque en la oposición siempre hace más frío que en el equipo de gobierno.

Abogada laboralista que se crece en la distancia corta, Mora Humbert es consciente del coste que implica gobernar en minoría, con renuncias y acuerdos que en ocasiones no se pueden alcanzar. La secretaria general del PSOE insular y presidenta del Consell sabe que, al intentar la reelección, será examinada por la gestión de los últimos seis años, aciertos y errores incluidos.

En cambio, Adolfo Vilafranca transmite el mensaje de cambio, con otro estilo, y con la experiencia de haber gestionado cuatro años en el gobierno de Santiago Tadeo (2011-2015) como director insular de la vicepresidenta Pilar Pons Faner, y otros ocho años como conseller de Sugrañes, en la oposición.

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Los candidatos Adolfo Vilafranca y Jordi López con Mateu Aínsa y Coya Sugrañes, en el anual
homenaje del PP ante el monumento a Alfonso III en la plaza de la Conquista de Maó.

Conoce bien el funcionamiento del Consell, es respetado por los funcionarios y ha sido contundente en los temas que le han asignado, entre los que destacan las interminables obras de la carretera general y aquellos extraños vertidos de restos cárnicos en Milà.

La apuesta de Jordi López Ravanals al Parlament también implica novedad. El exsenador ya había manifestado que no aspiraba al Consell y que estaba dispuesto a reanudar su trayectoria política como diputado autonómico. Sugrañes lo transmitió a la dirección regional de Marga Prohens, así se gestionó y se ha formalizado.

En el PP-Menorca, tras un torpe movimiento cuyos autores intelectuales y materiales intentan diluirse -con alguno aún agazapado en la maleza-, las aguas se han remansado, como se evidenció en la junta insular del viernes en Ferreries en la que, por aclamación, fueron proclamados Vilafranca Florit y López Ravanals.

EN LA COCHERA

En una primera reunión, celebrada en Es Mercadal el martes 3 de enero, los presidentes locales, convocados por uno de ellos, Cristóbal Pons, se lanzan los fuegos artificiales.

Ahora miembros de las juntas locales piden explicaciones a sus presidentes por el origen de este encuentro y si los comentarios vertidos, críticas difusas, opciones varias, estrategias sorprendentes y grandes ideas habían sido explicadas y pactadas con las juntas.

Los presidentes fueron convocados después por Sugrañes que se reunió con ellos, junto con Cristóbal Marqués, en la sede del PP-Alaior en la noche del domingo, bajo la atenta mirada de una cámara y un reportero que transmitieron en directo lo que algunos pretendían transformar en el gran aquelarre. La alcaldesa de Es Migjorn, Antonia Camps, intervino con vehemencia para destapar el complot tan inane como inútil, y quedó sin respuesta quién avisó a IB3.

Sugrañes había sido cuestionada por presidentes locales que aspiran a alcanzar la alcaldía en sus respectivos municipios, pero la presidenta insular llevó a cabo gestiones para fichar a otros candidatos bajo la premisa de que «es preciso contar con los mejores». Esta actuación no gustó a quienes se sentían ungidos antes de haber sido designados.

LOS FRANCOTIRADORES

Aún no se ha escrito ni explicado todo. Sugrañes y Cristóbal Marqués afrontan la campaña del 28-M con unos candidatos que trastocan lo que esperaba la izquierda y que no eran la apuesta de los francotiradores.

El apunte

Preguntas de la semana

  • ¿Qué impulso dará la visita de los Reyes a la restauración del castillo de San Felipe?
  • ¿Serán escuchadas las declaraciones de Eduardo Robsy, exdirector general de Vivienda del Govern, sobre el bajo impacto de la prohibición de venta de casas a extranjeros?
  • ¿Presentará la propiedad de Binimoti recurso de casación ante el Tribunal Supremo tras ordenar la Audiencia reabrir el Camí d’en Kane?
  • ¿Cuántas candidaturas de izquierda se presentarán para las municipales en Alaior?
  • ¿Por qué renuncia Roser Román a la dirección insular de Vivienda a cinco meses escasos de las elecciones ?