El 6 de agosto de 2021 «Es Diari» abrió la portada con un titular tan contundente como preocupante: «Los payeses, atrapados entre el alza de costes y el bajo precio de la leche». Y en páginas interiores, un grito angustioso que denunció la situación insostenible en el campo de Menorca, y para la que pidieron ayuda inmediata: «Los payeses se hartan de vender a pérdidas, porque se dejan 20 céntimos por cada litro de leche».
Era el resumen del informe «SOS Frisona» que el día anterior presentaron en Es Mercadal los responsables en Menorca de la Asociación Frisona Balear: su vicepresidente, Jaume Moll; el secretario, José Ramón de Olives; y los ganaderos Cristóbal Capó Fedelich, de Ciutadella; Joan Coll Allès, de Es Mercadal; y Sebastià Capó Pelegrí de Alaior.
Ha transcurrido un año y la situación es mucho más crítica. Ahora perciben una media de 0,42 céntimos/litro como precio base de la leche pero siguen sin cubrir costes. No es posible continuar y sobrevivir produciendo a pérdidas, porque el coste -con los incrementos de piensos, forrajes, fertilizantes, electricidad y gasoil, acentuados por la inflación- asciende a 0,55 céntimos/litro. Pierden 13 céntimos por litro.
«Las explotaciones están al límite y la rentabilidad es prácticamente nula», sentenció José Ramón de Olives. Desde agosto de 2021, cuando Frisona Balear presentó el informe y difundió su llamada de socorro, se ha acelerado el cierre de explotaciones y se ha reducido la cabaña vacuna en Menorca porque han aumentado los sacrificios. El vicepresidente, Jaume Moll Florit, l'amo de Son Bou Vell, fue tan tajante como premonitorio al advertir que «si no hay una solución urgente» en cinco años no quedarán ganaderos en Menorca.
Esta ‘solución urgente' no llega y el campo menorquín se sigue desangrando por su falta de rentabilidad y porque la renta que perciben los payeses y sus familias es inferior, en un 50 por ciento, a la que perciben los agricultores y ganaderos de la península. Y la solución no será la diversificación mientras las fincas no puedan producir y competir en igualdad de condiciones.
‘Efecto hamburguesa'
Los sobrecostes y los infraprecios provocan que el sector primario menorquín no sea rentable. Es el ‘efecto hamburguesa', que presiona por arriba con los sobrecostes de la insularidad, que hoy no son compensados ni por el Régimen Especial de Balears (REB) ni por la Política Agraria Comunitaria (PAC). Y por abajo, los infraprecios.
En medio, los llocs, que sufren las consecuencias y los perjuicios de la pérdida de oportunidades por la insularidad que les impide comprar materias primas o vender reses en similares condiciones que las explotaciones ganaderas de la península.
Ante una nueva etapa
El cierre de la planta de envasado de leche ‘Menorca Llet', acordada por el consejo rector de la Cooperativa Insular Ganadera (Coinga), constituye un gran revulsivo. Si se alcanzan los acuerdos necesarios abrirá una nueva etapa en el sector, que hoy está en la encrucijada.
Será posible transformar las crecientes dificultades en valiosas oportunidades, lo que exige una estrategia inteligente y eficaz en la que participen con voluntad de entendimiento Quesería Menorquina y Coinga, las dos grandes industrias transformadoras. Y continuar también la elaboración de queso artesano con denominación de origen en diferentes llocs que lo comercializan con marca propia.
Entramos en una semana decisiva, en la que Quesería informará a los payeses que le suministran cuajada; y también se celebrarán las primeras reuniones de los directivos de Coinga y Quesería para poner sobre la mesa recursos, propuestas y planes empresariales que permitan emprender una trayectoria conjunta. Todo ello será posible si se sigue produciendo leche en Menorca, porque a medida que cierran fincas ganaderas y se disminuye el número de ejemplares, se reducen las posibilidades y las expectativas.
Viajes del Imserso
Valencia mantendrá los viajes del Imserso en la temporada baja. El acuerdo del presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig con los hoteleros, consiste en aportar cinco millones de euros a distribuir entre sesenta hoteles de Castellón, Alicante y Valencia, lo que garantizará la continuidad del turismo de la tercera edad. El Imserso paga 22 euros por plaza, lo que no cubre los costes, según los hoteleros. La Asociación Hotelera de Menorca reclama una medida similar a Iago Negueruela y pide al Govern Armengol que incluya en los presupuestos del 2023 una partida que complemente los bajos precios del Imserso. El gobierno de Valencia aportará seis euros por pernoctación para garantizar lo que exige el Imserso: alojamiento, pensión completa, agua y vino, wifi, animación y los servicios de un hotel de cuatro estrellas.