El vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, asistió en la noche del jueves a la recepción de los Reyes en Marivent y participó en el besamanos de entrada | Jaume Morey
Las críticas de Podemos y Més a la recepción que ofrecieron los reyes Felipe VI y Letizia el jueves en los jardines de Marivent no han sido seguidas ni aplicadas por todos los cargos públicos de estas formaciones políticas.
Mientras la consellera menorquina de Podemos Cristina Gómez difunde a través de las redes su rechazo a la invitación, el vicepresidente del Govern Juan Pedro Yllanes, también de Podemos, no tuvo inconveniente en enfundarse el traje azul de las grandes ocasiones y, corbata incluida, acudió, rumboso, al acto convocado por la Casa Real.
El ojiplático juez que ahora ejerce como conseller de Transición Energética en el Govern Armengol se mostró encantado, desplegó su salero sevillano, disfrutó del cóctel con recetas y productos de Balears, elaborado por el chef Santi Taura, y saludó y conversó con los reyes. También acudió la alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila, de Més per Menorca, que, como hizo Yllanes, antepuso la lealtad institucional a las ideas republicanas. Por cierto, se convirtió en un fracaso, por la escasa afluencia que registró, apenas veinte personas, la concentración antimonárquica frente a Marivent, con la habitual pancarta ‘Madrid nos roba', convocada por las asociaciones Recuperem Marivent, Música per la llibertat, Arruix Borbons, Assemblea Sobiranista de Mallorca y Jubilats per Mallorca
Joana Gomila, que ya piensa más en su próximo escaño en el Parlament que en la alcaldía de Ciutadella, tuvo la oportunidad de comentar con el jefe del Estado cuestiones relativas a la Fundación Hesperia y, concretamente, la inauguración de la restaurada Farmacia Llabrés, en Ses Voltes, que se está demorando. Esta misma cuestión fue abordada por el rey con la presidenta del Consell, Susana Mora.
Acordaron que la Casa Real concretará ahora con las instituciones de Balears -Govern, Consell y Ayuntamiento de Ciutadella- la fecha para abrir las puertas del emblemático establecimiento de la senyora Nina Llabrés, sa farmacèutica, la madre del inversor Juan Ignacio Balada que, en el testamento, nombró herederos de su patrimonio a los nietos de don Juan Carlos y doña Sofía, y a los entonces Príncipes de Asturias, hoy reyes.
En cualquier caso, existe el acuerdo de no demorar más el acto institucional con el que arrancará la nueva etapa de la Farmacia Llabrés, gestionada por la Fundació per a Persones amb Discapacitat de Menorca.
Segis Verdaguer
Mañana se cumple un año del fallecimiento, en Barcelona, del notario Segismundo Verdaguer Gómez, que mantuvo una estrecha y fructífera relación con Menorca. Durante más de treinta ños fue presidente de la Casa de Menorca en Barcelona, entidad que fundó y puso en marcha.
Su muerte pasó desapercibida y no tuvo eco ni repercusión en esta Isla, a la que tanto amó y que tantos desvelos le acarreó, pero un año después es justo reconocer y reivindicar su trayectoria a favor de Menorca.
En 1962 tomó la «decisión heroica» de alquilar un local en la calle Diputació de Barcelona, donde se instaló la Casa de Menorca. Al cabo de unos meses surgió la oportunidad de comprar todo el edificio, prácticamente abandonado y con inquilinos de renta antigua. No era una ganga, pero estaba en el centro de Barcelona, detrás de la plaza Universitat. Con aportaciones de mil pesetas se creó una sociedad y así se compró aquel edificio. Pero llegó un momento en que el notario Segis Verdaguer debía cincuenta millones de pesetas y la Casa de Menorca carecía de recursos.
Gracias a su perseverancia e ingenio logró hallar la solución con la participación del Consell insular. Verdaguer se consideraba menorquín «culturamente».
En una espléndida entrevista con Isabel Rodríguez Anglada, publicada en enero de 2010 en «Es Diari», explica que su padre, el notario Nicolás Verdaguer Cortés, vino a Menorca recién terminada la guerra civil, a principios de los años 40. Pidió la plaza de Ciutadella, donde ejerció durante diez años.
En la Ciutadella de la posguerra es notari Nicolau Verdaguer se implicó en la fundación de la Capella Davídica, fue pianista y organista de la Catedral, y trabó relaciones de amistad y provechoso intercambio intelectual con el obispo Pascual Marroig, Francesc de B. Moll, el farmacéutico Gabriel Martí Bella y el presbítero y filólogo Josep Salord Farnés. En 1973 Segismundo Verdaguer adquirió el antiguo convento de ses Andrones, en la calle del mismo nombre, que rehabilitó y transformó en hogar de acogida en Ciutadella para su extensa familia, que formó con su esposa Pituca, con cinco hijos y numerosos nietos.
Un año después de su fallecimiento es necesario recordar y agradecer todo lo que Segis Verdaguer hizo para Menorca, que le costó esfuerzos, dedicación, horas y mucho dinero. Porque las instituciones de la Isla no le han dedicado ni una palabra de afecto ni reconocimiento.
El apunte
Preguntas de la semana
¿Quiénes son los tres miembros de la comisión que valora las propuestas para el nuevo delegado de IB3 en Menorca que será nombrado esta próxima semana?
¿A qué se debe la caída de reservas turísticas al 45 por ciento para los meses de septiembre y octubre?
¿Constituye un éxito social el «irreversible» envejecimiento de la población?
¿Prosperará la propuesta de la consellera Montse Morlà de crear un servicio de ámbito insular para los taxis?
¿Cuántas enmiendas a la Ley de la Biosfera, de los partidos del Govern, serán aprobadas con el desacuerdo del Consell?