José Ramón Bauzá se ha indignado tras conocerse que la comunidad autónoma aporta anualmente al Estado 1.483 millones de euros más de los que recibe. Tiene razón y más si se analiza desde el punto de vista de los menorquines, sometidos a una doble insularidad desde el origen de los tiempos. Damos solidariamente, pero ¿qué recibimos a cambio? La respuesta es sencilla: muy poco. De hecho, hay que asumir la realidad. Históricamente a los gobiernos Central de turno (PSOE/PP) no les importamos nada. Mucha palabrería – sobre todo en periodo electoral- y escasos hechos. Si alguien piensa lo contrario que antes mire cuánto le cuesta un billete de avión.
José Ramón Bauzá ha expresado su malestar, como lo hicieron los que le precedieron en el cargo. Las palabras del president son contundentes: «Los ciudadanos de Balears están siendo maltratados por el Gobierno de Madrid». Un discurso que perfectamente es defendible y puede ser apoyado por el resto de fuerzas del arco parlamentario. Es rendirse a una evidencia. ¿Quién se atrevería a discutir una sentencia de este calado: «No queremos ser más que nadie, pero tampoco menos que nadie»?. Son palabras del Molt Honorable, aunque podrían estar selladas con fuego por parte de los líderes del PSOE-PSIB, Més, IU, Podemos... E incluso por cualquier asociación de vecinos de Maó o Ciutadella.
Tras conocer el resultado de las balanzas fiscales nos hemos indignado y protestado con caras serias a lo Mel Gibson en «Braveheart». Los gobiernos del Pacte de Francesc Antich o los de Jaume Matas (mejor no meneallo) también se pusieron corajudos ante Aznar, Zapatero o Rajoy. Pero, ¿de qué ha servido tanta pataleta? De nada. Bauzá se queja, pero (como los anteriores) pronto nos pedirán su voto para el jefe de Madrid.
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