El equipo de Menorca Archaeological Project, que excava la casa andalusí del poblado de Torre d’en Galmés, organizó este jueves una jornada de puertas abiertas para dar a conocer sobre el terreno el resultado de la campaña arqueológica | Katerina Pu

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La campaña de excavaciones arqueológicas de este año de una casa andalusí del poblado de Torre d’en Galmés, a cargo del equipo Menorca Archaeological Project (MAP), codirigido por Amalia Pérez-Juez y Alexander J. Smith, ha permitido reconstruir cómo era esta alquería del siglo XIII, construida sobre los restos del poblado talayótico, y determinar el cultivo y recolección de cebada, higos, uvas y miel, entre otros.

La casa andalusí de Torre d’en Galmés excavada este año estaba formada por tres o cuatro habitaciones y un patio, habiéndose conservado caído in situ el tejado del edificio, que presenta una forma cuadrada a diferencia de la casa talayótica de planta circular. «Es una casa bastante grande, aún no hemos hecho las mediciones completas de la construcción, que está en la parte central del yacimiento. Está formada por varias estructuras o habitaciones, nunca habíamos encontrado tantas estructuras, por lo menos tenemos tres o cuatro, porque aún no las hemos excavado todas, que están alrededor de un patio bastante grande. Es una casa cuadrada, las habitaciones están dispuestas en L y el patio hace como un cuadrado. Lo que se ha conservado de esta casa es la caída de la techumbre, con el mortero, todas las tejas, las improntas. Tenemos como toneladas de tejas, que mostramos en la jornada de puertas abiertas, que tienen como las marcas de los dedos», afirma Amalia Pérez-Juez.

La casa andalusí está construida encima de una casa postalayótica y todo el material que se ha conservado data del siglo XIII, «no se crea usted que hicieron cimientos ni nada, construyeron la casa islámica directamente sobre el círculo postalayótico y todo el material que hemos recuperado es del siglo XIII, un poquito del XII. Parece que en el siglo XIII hay una presión demográfica importante, o están llegando del levante peninsular o de Mallorca», asegura Pérez-Juez.

Semillas y carbonos

La campaña arqueológica ha contemplado la flotación del sedimento de todos los ámbitos y el estudio de semillas y carbonos con el fin de reconstruir el paisaje y la gestión de recursos. «Hemos recuperado semillas de cebada, higos, uvas, tenemos una colmena por lo que también hacían miel, es lo que cultivaban y comían. Era una cocina bastante elaborada, con muchos cacharros, como ollas, contenedores para mezclar cosas, muchísimas jarras de agua, tenían una vajilla bastante diferenciada para cada uso», señala.

En la intervención arqueológica han participado la Dra. Kathleen Forste (Brown University), Helena Kirchner e Isabel Molina (Universitat Autònoma de Barcelona), Jaume Deyà (Museu de Deià), Octavio Torres (Universitat de Barcelona) y Evelyn Patterson (SUNY Brockport), entre otros.