La Trobada Folklòrica de Arrels de Sant Joan suma este sábado 30 ediciones

Para buscar los orígenes del encuentro hay que viajar hasta 1992, cuando el grupo llevaba ya unos años en activo. Entonces, con motivo de la celebración de la Exposición Universal de Sevilla, rememora Coloma Marquès, fundadora del colectivo con la colaboración del ya desaparecido Joan Enrich, el Ayuntamiento de Ciutadella hizo un sorteo entre los grupos folclóricos del municipio para viajar a la ciudad andaluza. La suerte sonrío a Arrels de Sant Joan y sirvió para que el grupo descubriera que organizar intercambios culturales era una buena herramienta para compartir el patrimonio menorquín y conocer las tradiciones de otros territorios. Y eso es precisamente lo que vienen haciendo desde 1993. «Aquello supuso en su día un gran estímulo», reconoce Marquès.

Apunta también que la posibilidad de viajar es un reclamo que funciona muy bien para enganchar a las nuevas generaciones. Y es que mantener en el tiempo colectivos culturales es sin duda un reto, pero el trabajo llevado durante años sigue dando sus frutos. Arrels de Sant Joan goza «de buena salud» explica la fundadora, con un colectivo formado aproximadamente por unos 40 integrantes (9 años el más pequeño y 76 el mayor) a los que hay que sumar también los jóvenes que participan en el proyecto de la Escola de Ball.

Coloma Marquès tiene 70 años y más de la mitad de su vida ha estado ligada al grupo folclórico; a los seis años ya bailaba fandangos, y durante una buena temporada lo hizo con el grupo, aunque ahora toca la guitarra, canta y prepara a las nuevas generaciones. Su hijo, su nuera y dos nietos también son miembros de Arrels de Sant Joan, un colectivo que, más allá de esos lazos de sangre, define como «una gran familia».

El grupo tiene ya la vista puesta en viajar en octubre a Mallorca para devolver la visita a la trobada del año pasado y planificar la de 2024 a Eivissa. Una dinámica que durante muchos años sigue la misma receta: actuaciones varias a lo largo del  verano y los inviernos dando clases para trabajar la cantera y contribuir a seguir manteniendo muy viva la tradición folclórica de la Isla.