Mudanza en marcha para erigir ‘can Vivó Truyols' como escenario central de Sant Joan

Aunque todavía queda en Borja Saura un resquicio de esperanza para que Can Morel acoja los actos del Dissabte y el Dia de Sant Joan, durante la mañana de este viernes ya visitaron el inmueble con acceso en el Carrer de Maó operarios de una empresa de carpintería: el suelo alicatado precisa de la protección de una tarima de madera, pues de ahí saldrá el caixer senyor montado a caballo cuando se incorpore a la qualcada.

El ‘sí' de los Vivó Truyols

Confesaba el titular de la finca, Fernando Vivó Truyols, que tanto su madre, Pilar Truyols Moragues, como sus cuatro hijos, accedieron ya de entrada a la petición del caixer senyor. «Pensamos que debíamos apoyar la fiesta y nos ofrecimos a ayudar a Borja, para que pueda hacer un Sant Joan de dalt de tot». Esto supone «mucha emoción para toda la familia y lo viviremos muy intensamente», entre otros motivos, porque «de aquí, nunca ha salido un caixer».

Que su residencia sea cas caixer senyor conlleva un importante ajetreo, «prácticamente tenemos 48 horas para organizarlo todo, pero nos ayuda mucha gente y lo sacaremos adelante», confió, también de cara a los actos de la próxima semana. «Si no pueden celebrarse en otro lugar, yo creo que se harán aquí, nosotros ofrecemos la casa, por supuesto, pero Borja tiene la última palabra». En cualquier caso, no habrá inconveniente, ni para la salida a caballo del caixer noble, ni para las begudes, al final de las dos jornadas. «La beguda con los cavallers se harían en la terraza, que es bastante grande» y «el caballo entraría por el garaje y llegaría hasta la entrada», donde «se pondrá un entarimado para que haya más seguridad». A partir de ahí, «solo pido que haya mucha fiesta, pero con mucho seny».

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Las idas y venidas fueron constantes durante todo el día. Biel Saura, que presumiblemente volverá a ejercer de caixer senyor el día 24 por la mañana, se encargó de coordinar el traslado, eso sí, aun convencido de que Can Morel «es seguro, nunca se nos ocurriría meter allí a doscientos invitados y a nuestras familias».

Precisamente, el elevado número de convidados es uno de los problemas, «tendremos que reducirlo a una sexta parte», por tener can Vivó Truyols unas dimensiones más reducidas.

Por eso, y porque «llevamos dos años (en realidad cuatro, por la pandemia) organizando Can Morel», la familia Saura «esperaremos a ver qué pasa mañana [hoy sábado] en el Ayuntamiento». Mientras, la mudanza va a marchas forzadas, con técnicos trabajando y desalojando los salones que acogerán a los auténticos protagonistas de la fiesta.

La decisión, entre este sábado y el lunes

Como matizó Biel, Borja Saura se reserva un último ‘cartucho' para mantener los actos protocolarios en Can Morel. Su esperanza pasa, este sábado, por la constitución de la nueva Corporación Municipal. Es ahí donde, a partir del lunes, Saura y el propietario del inmueble, Laurent Morel, harían un último esfuerzo para justificar el buen estado del edificio, para evitar el traslado definitivo a la casa Vivó Truyols.