Tres ejemplares jóvenes, marcados con emisores | Félix de Pablo

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La inconfundible silueta del milano real (Milvus milvus) vuelve a ser habitual en los cielos menorquines después de unos años en los que esta especie estuvo a punto de desaparecer. En 1998 quedaban solo cinco parejas reproductoras de esta ave en la Isla pero esa situación se ha revertido y el año pasado se contabilizaron 72 parejas. Un incremento de población que se considera uno de los grandes éxitos de la conservación en la Reserva de Biosfera menorquina y que tiene lugar en un contexto totalmente distinto en el resto de España, donde el milano sigue siendo una especie muy amenazada.

El informe de seguimiento de la población de milà reial de 2021, en el que han colaborado agentes de medio ambiente del Govern balear y del Consell, muestra que el número de milanos ha crecido un 12,5 por ciento respecto al año anterior. Se trata de un incremento considerable del que se deduce que hay disponibles lugares adecuados de cría a lo largo de toda la superficie insular. Los técnicos consideran que de seguir esta tendencia, en unos años la especie conseguirá su máxima población y se regulará ella misma para mantenerse. Los datos de productividad de la especie, esto es, el número de crías que sobreviven y salen adelante, también son optimistas, con una media de 1,4 polluelos que vuelan por pareja y año.

En el mes de marzo comienza la etapa reproductora de los milanos, con la preparación de los nidos y la puesta de los huevos. Cada año aparecen nuevas parejas que, si no tienen problemas, criarán a lo largo de 15 o 20 años.