La escuela infantil Xipell de Ciutadella está considerada como una de las joyas arquitectónicas de la Isla.En gran parte gracias a un elemento como la vidriera diseñada en la década de los 70 por el equipo de arquitectos MBM que proyectó el edificio, integrado por Josep Maria Martorell, David Mackay y Oriol Bohigas, desparecido este último a principios de pasado diciembre.
La pieza en cuestión, una remarcable obra de arquitectura moderna, es ahora noticia por su deterioro. Un estado que se conocía desde hace tiempo pero que en la actualidad muestra notables signos de decadencia.
Explica el director del centro educativo, Guiem Massanet, que el edificio, que es propiedad del Obispado, se encuentra «perfectamente» en lo que a la estructura se refiere, pero que la cristalera del primer piso con el paso de los años «ha sufrido cambios y transformaciones». Parece ser que el hecho de que el diseño sea ondulado ha favorecido el desgaste.
La primera voz de alarma saltó cuando comenzaron a encontrar restos de cristal en el patio. Es por esa razón que el pasado verano se decidió como medida preventiva colocar una malla en la cristalera, apuntalada en las base con unos soportes de hierro. Pese a que la medida es suficiente, los responsables del colegio han decidido cerrar el espacio destinado al juego de los niños temporalmente.
«Lo que sí está claro es que tenemos suerte de tener un edificio así dentro del pueblo de Ciutadella, por su estructura, ubicación e historia», defiende Massanet, quien puntualiza que a pesar de lo que aparatosas que pueden resultar a la vista las medidas de seguridad, los desperfectos no en la vidriera no están muy extendidos.No obstante, desde la comunidad educativa defienden que urge realizar una rehabilitación.
El edificio es una obra muy apreciada por los arquitectos de Balears y está considerada como emblemática de una época. De hecho, a finales del pasado verano una delegación de profesionales delArchipiélago visitó el colegio para contemplar su singularidad.
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sbugar
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Hace más de 2 años
Fou una llàstima, que amb la llargada que té amb les corbes que fa la vidriera, ja es veu que no es va col•locar cap mena de dilatació i si cal, de lliscament. El vidre dilata, la meitat del ferro, però dilata. Si a més a més hi afegim l’absència de ventilació a l’espai de circulació interior, un cop arriba la primavera, la temperatura encara fa que dilati més i que es converteixi en un espai tropical però dels desèrtics. Malgrat tot, si fa no fa, amb quatre o cinc talls verticals de cirurgia queda tot aclarit i fora patiment.
1 comentario
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Fou una llàstima, que amb la llargada que té amb les corbes que fa la vidriera, ja es veu que no es va col•locar cap mena de dilatació i si cal, de lliscament. El vidre dilata, la meitat del ferro, però dilata. Si a més a més hi afegim l’absència de ventilació a l’espai de circulació interior, un cop arriba la primavera, la temperatura encara fa que dilati més i que es converteixi en un espai tropical però dels desèrtics. Malgrat tot, si fa no fa, amb quatre o cinc talls verticals de cirurgia queda tot aclarit i fora patiment.