Imagen de archivo de un tubo con fentanilo en un laboratorio. | EFE/Mauricio Dueñas Castañeda

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El fentanilo, conocido como «la droga zombie» que ha cobrado notoriedad a raíz de la crisis sanitaria que afecta principalmente a los Estados Unidos, se expande aceleradamente en el mercado negro y deja un número cada vez más grande de muertes por sobredosis. Dos de ellas, al menos, ya han sido registradas en Menorca al localizarse junto a los cuerpos de dos jóvenes fallecidos en Ciutadella envoltorios de un medicamento en forma de parche con contenido en fentanilo que se habrían consumido de forma inadecuada.

Opioide sintético, entre 50 y 100 veces más potente que la morfina según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), el fentanilo se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud pública a nivel mundial. Su alta potencia lo hace increíblemente efectivo para aliviar el dolor intenso en el ámbito médico, pero también aumenta significativamente el riesgo de sobredosis en su forma ilícita. Una pequeña dosis de fentanilo puede ser letal y si se mezcla con otras drogas, como la heroína, se eleva aún más el peligro.

Aprobado para uso clínico, el fentanilo se emplea para tratar el dolor postoperatorio, el dolor crónico en pacientes con alta tolerancia a otros analgésicos y en cuidados paliativos. Se administra en diferentes formatos, como parches transdérmicos, comprimidos sublinguales, inyecciones o aerosoles nasales. Su capacidad para inducir una euforia rápida y profunda hace que muchas personas se vuelvan dependientes rápidamente, desarrollando tolerancia y buscando dosis mayores para experimentar los mismos efectos.

Una dosis inadecuada puede provocar efectos secundarios graves, como depresión respiratoria y coma. En el mercado ilegal, la situación es más alarmante. Su fabricación ilegal, adulteración y mezcla con otras sustancias aumenta exponencialmente el riesgo de una sobredosis. La dificultad para revertirla, incluso con naloxona, convierte al fentanilo en una droga especialmente peligrosa que se perfila como uno de los principales culpables de las muertes por sobredosis en países como los Estados Unidos.

Su consumo ilícito en la denominada «epidemia de opioides», que se originó en el país norteamericano a finales de los años 90 debido a la permisiva prescripción de oxicodona e hidrocodona, ha llevado a las autoridades a implementar medidas preventivas para informar sobre los riesgos asociados a este tipo de droga. En España, la venta de fentanilo está estrictamente regulada y solo se distribuye bajo receta médica, lo que ha permitido mantener, hasta ahora, una crisis mucho menor.