La Policía Nacional detuvo a las dos mujeres y las trasladó a la Comisaría. | Josep Bagur Gomila

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Agentes de la unidad de seguridad ciudadana de la Comisaría de Ciutadella detuvieron el martes por la tarde a dos mujeres españolas, de 41 y 20 años de edad, acusadas de agredir a otra con la que coincidieron en la entrada de un bar situado en las inmediaciones del Camí de Maó, cerca de la rotonda del caballo, iniciándose una pelea entre las tres.

Las dos arrestadas, que son madre a hija, la emprendieron a golpes con la mujer que se hallaba en el bar junto a una amiga.Ya existían desavenencias anteriores entre ellas que habían provocado la denuncia de la víctima.Como consecuencia de estos hechos ocurridos con anterioridad la hija tenía una orden de alejamiento vigente por la que no podía tener contacto ni aproximarse a la mujer a la que golpeó junto a su madre.

Nada más toparse en el bar con ella, la de mayor edad intercambió unas palabras en las que le recriminó hechos pasados y la amenazó de muerte, lo que dio paso a los insultos y posteriormente a las agresiones. La víctima llegó a caer al suelo producto de la refriega, y su agresora le rompió el teléfono móvil y también las gafas que portaba.

En esos momentos apareció la hija, quien se sumó a la pelea con insultos y amenazas hasta que se personaron agentes de la Policía Nacional que habían sido avisados por un particular tras presenciar la trifulca.

Orden de alojamiento

La identificación de las tres mujeres permitió a los policías descubrir que pesaba una orden de alejamiento de la chica de 20 años respecto a la víctima, por lo que quedó inmediatamente detenida por quebrantamiento de medida cautelar. Además el arresto se produjo por daños y lesiones.

En cuanto a la madre, también resultó detenida y conducida a la Comisaría, acusada del delito de amenazas.

Las dos mujeres poseen antecedentes policiales, como consta en su filiación policial. A la madre le pesan alrededor de 17 detenciones anteriores, mientras que la hija tiene al menos otras tres.

La víctima pudo acudir al Centro Médico del Canal Salat por sí misma, donde fue atendida por los arañazos y contusiones que había sufrido en el encuentro con las otras dos mujeres. Posteriormente acudió a las dependencias policiales para denunciarlas.