El acusado, tras su detención y puesta a disposición del juez el 28 de diciembre pasado. | Gemma Andreu

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El hombre mahonés de 40 años de edad que causó la muerte a otro de 49 debido a la paliza brutal que le propinó en la Nochebuena del pasado año será juzgado finalmente por asesinato, probablemente durante el segundo semestre de 2025.

La fiscal que lleva el caso ha decidido modificar el criterio inicial por el que mantenía la calificación de los hechos como un homicidio consumado y transformarla en asesinato a la vista de los agravantes que se han ido incorporando durante la fase de instrucción. De esta forma considera que existen indicios suficientes para concluir que hubo ensañamiento y alevosía en las agresiones ocurridas al inicio de la calle Bisbe Sever, en su confluencia con Vassallo.

La nueva acusación supone para el reo que la horquilla de la condena se sitúe entre los 15 y los 25 años de reclusión, según lo que se determine el tribunal de la Audiencia en el juicio con jurado popular, en el caso de que sea declarado culpable.

El pasado viernes tuvo lugar una vistilla en el Juzgado de Instrucción número 1 de Maó, para que la fiscal concretara la calificación del delito en presencia del acusado. Este compareció por videoconferencia desde la cárcel de Palma donde se halla en prisión preventiva desde el pasado 24 de julio tras haber sido trasladado desde la de Menorca por agredir a otro recluso y causar problemas y destrozos en su celda.

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La fiscal ha solicitado nuevas periciales médicas en las diligencias de prueba complementarias para tener más información sobre el fallecimiento de la víctima una semana después de recibir la agresión, el día 2 de enero. Murió debido al traumatismo cranoencefálico irreversible que le provocó un derrame cerebral por el que ya quedó inconsciente aquella misma noche.

En esta vista preliminar, también quedó fijada la acusación al otro hombre que paseaba junto al agresor y víctima aquella víspera de Navidad enMaó. Este acompañante que presenció la paliza ha quedado acusado por un delito de omisión de socorro aunque no participara en la agresión e intentara con anterioridad que la discusión no continuara. Las desavenencias vinieron motivadas por una deuda de 20 euros de la víctima con su agresor. Este le reclamaba constantemente durante el paseo que se la abonara hasta que finalmente le agredió con varios puñetazos que le tiraron al suelo, entre la acera y un vehículo estacionado. El otro hombre llegó a pedirle que se detuviera por el mal que podía causarle.

Uno de los testigos declararía que posteriormente el agresor le dio varias patadas cuando aquel ya se encontraba tendido. Luego le instó a que se levantara si no quería que le siguiera agrediendo, lo que explicaría que no tuviera ninguna intención de acabar    con su vida, pero aquél ya estaba herido de muerte.

Tanto el agresor como el otro acompañante se marcharon del lugar por separado, antes de que llegara los policías locales y nacionales y los sanitarios del 061. Ambos han negado en la fase de instrucción ya concluida que no se interesaran por el herido antes de que decidieran abandonar el lugar.

La defensa del acusado sostiene que se trata de un delito de lesiones consumadas en concurso con el de homicidio imprudente porque, asegura, su propósito no era el de acabar con su vida. Los tres hombres habían pasado parte de la Nochebuena juntos. De hecho, víctima y agresor compartían ocasionalmente una casa okupada en la calle Santa Escolástica, de Maó.