El 061 desplazó a dos ambulancias a la playa, una de ellas, UVI móvil.

TW
4

«Primero pensé que estaba saludando a alguien en la orilla pero luego me di cuenta que pedía auxilio porque se estaba ahogando cerca de la boya», relata José Ignacio Sanchís , uno de los dos bañistas cuya determinación resultó clave para que esa persona, un turista francés de 38 años de edad, salvara la vida.

Otro joven que estaba más cerca fue el primero en aproximarse y asirlo para que se mantuviera con la cabeza fuera del agua, mientras Sanchís, que había sido socorrista años atrás, nadaba hasta llegar a su altura. «Lo puse boca arriba cuando él no paraba de soltar espuma por la boca y la nariz y ya se encontraba completamente inconsciente».

Una lancha de una empresa de alquiler fue la siguiente en llegar a la altura de los dos bañistas tras haber advertido la urgencia de la situación, ya que la persona que se ahogaba estaba a unos 180 metros de la playa.

«Con muchísimo esfuerzo y como pudimos entre unos y otros logramos subirlo al interior de la embarcación». Allí mismo los tripulantes de la lancha ya le practicaron las primeras maniobras de reanimación que fueron fundamentales para salvarle la vida, a las que se sumaron después los socorristas de la playa tras haber activado el protocolo de emergencia y preparado el kit de oxigenoterapia y el desfibrilador automático, además de haber dado aviso al 061.

Un esfuerzo colectivo

La participación de dos enfermeras y un anestesista que también estaban en la playa igualmente fue determinante, pese a los momentos de nerviosismo que se vivían, para que la persona ahogada pudiera salir de la parada cardiaca hasta que llegó el médico y los técnicos sanitarios del 061 en una ambulancia de soporte vital avanzado. También se desplazó otra de soporte básico.

El hombre, que se encontraba de vacaciones en la Isla con su pareja y un amigo, ingresó en Urgencias del Hospital Mateu Orfila cuando ya se hallaba estabilizado gracias a la intervención de los dos bañistas, los socorristas que cuidaban del servicio en la playa de Cala Galdana y la participación de otras personas que supieron actuar con efectividad a pesar de los nervios del momento.