El taller se encuentra en la calle Pau Pons de Ferreries | Gemma Andreu

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La propiedad del taller de carpintería Bosco Barber incendiado este pasado fin de semana, en el número 15 del Carrer Pau Pons de Ferreries, ya cuenta con la orden de demolición por parte del Ayuntamiento, para derribar una parte del edificio que presenta riesgo de desplome. Mientras tanto, la familia no disponía ayer de la autorización, para reinstalarse en la vivienda superior hasta descartar daños en la estructura del inmueble. En cuanto a los familiares que residen en la finca colindante del número 13, retrasarán unos días el regreso a casa.

El siniestro ocurrido en la madrugada del sábado al domingo, obligó a desalojar a los habitantes de cinco casas, las dos que quedan justo encima del local incendiado, y otras tres colindantes a ambos lados. Según explicó ayer el alcalde de Ferreries, Pedro Pons, estas tres familias, que «pudieron alojarse el sábado por la noche en casas de familiares», al día siguiente «ya durmieron en sus casas».

No ocurre igual para los habitantes de las dos residencias situadas sobre el taller. Aunque «parece que no hay riesgo, hay que revisar las estructuras» y no será hasta entonces que se permita su regreso, avanzaba Pons, referido al domicilio del número 15. En este caso, «aún tardarán en volver, el fuego arrasó las tuberías, no hay desagües», lamentó el primer edil, quien referido al edificio situado en el número 13, indicó que la afectación fue por humos.

Entre tanto, ayer por la mañana, como confirmaron los propietarios del taller afectado, pudieron acceder durante una hora a la vivienda para recoger algunas pertenencias, a la espera del informe que garantice el buen estado de la estructura.

En la parte trasera

Pons describió que «el incendio tuvo lugar en la parte trasera del local», en la zona destinada a trabajos de «tapicería, con una cabina de pintado, almacén de telas, espuma, disolventes». Es esa parta «la que tendrá que demolerse —amplió el alcalde—, la propiedad ya dispone de la orden de demolición y ya está mirando alternativas, porque no será fácil». Y es que el riesgo de derrumbe «impide hacer la demolición desde dentro, tendrá que hacerse mediante una grúa, por encima de los edificios cercanos».

En cuanto a la parte delantera del edificio, la que ocupa en su planta baja el taller de carpintería en sí, «parece no estar afectada y que las máquinas se han salvado» y en los pisos superiores falta por confirmar la no afectación de la estructura.

El apunte

La Guardia Civil acudió por falta de policías locales en turno de noche

El siniestro dejó patente, como ocurre en otros pueblos de la Isla, la falta de policías locales que hay en Ferreries. La plantilla debería ser de 18 efectivos, pero solo hay nueve en activo y cinco están en segunda actividad. Esto hace inviable el turno de noche, por lo que el fin de semana, además del jefe de la Policía Local, intervinieron guardias civiles del cuartel de Es Mercadal. Para el alcalde, Pedro Pons, es un tema a resolver esta legislatura, tras varios años en precario.