La promoción y venta de este edificio de la Esplanada de Maó se remonta a 2007 | Gemma Andreu

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«Me gustaría saber por qué me ha demandado, es una gran impostura». Fue la pregunta que lanzó este martes en su declaración el abogado de Maó, acusado de un delito de administración desleal por el que era su socio en una promoción de viviendas en la plaza Esplanada, y un chalé en Binixíquer, en 2007.

Después de que su defensor intentara que el juicio se anulara por el largo tiempo transcurrido desde que ocurrieron los hechos, entre otros motivos rechazados por el fiscal y el juez, el letrado articuló sus respuestas de manera que pasara de acusado a víctima, asegurando que su buena fe ante el demandante le había llevado a esta situación.

El abogado, que se negó a responder al letrado de la acusación particular, explicó que adquirió la finca para edificar el local y cinco apartamentos en la Esplanada, y posteriormente un solar en Binixíquer, a través de una sociedad inactiva, Corporation Amlach SL, junto a su esposa. Sumó a esta sociedad a la persona que le ha demandado porque, dijo, le unía una amistad -era, al parecer, además, uno de sus clientes­- y en reconocimiento a su colaboración en la enfermedad de un familiar directo.

Dijo el letrado que cuando se produjo el desenlace fatal «yo había perdido la ilusión para seguir adelante con esta promoción». Entonces decidió, de algún modo, compensar al socio facilitándole la construcción de un chalé en Binixíquer, además del local de la promoción de la Esplanada. «Quería ser agradecido por lo que había colaborado conmigo y mi familia, y le ofrecí construir el chalé, que estaba frente al que él ya tenía, a cambio solo de que me abonara los costes, incluido el del solar».

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Respecto al edificio de Maó, aseguró que solo él hizo las aportaciones necesarias, en torno a dos millones de euros, para construir la promoción, y por tanto, cuando vendió los apartamentos tapado ya por las deudas que tenía encima en el inicio de la crisis que vivió el país, fue recuperando mínimamente el capital que había aportado a la sociedad e invertido para ir pagando como podía a los proveedores.

Aseguró que el demandante no puso dinero alguno en Corporación Amlach SL, «pero por mi buena fe, acabé dándole la llave del local, como habíamos acordado cuando estuvo listo esperando que me pagara, lo que no hizo nunca».

El abogado dijo que la promoción supuso la pérdida de todo su patrimonio para hacer frente a las deudas, y aseguró que todas las ventas de los cinco apartamentos las hizo informando a su socio, que además veía entrar y salir a los nuevos propietarios porque él ocupaba la planta baja.

Posteriormente adquiriría un local en el puerto por 600.000 euros en la búsqueda desesperada de ingresos, que no pudo acabar de pagar, y para llegar a un acuerdo con el vendedor hipotecó el local que supuestamente ya pertenecía al socio demandante. El letrado se enfrenta a 3 años de prisión y al pago de 1,9 millones al que fue su socio.

El apunte

La acusación particular implica a otros dos empresarios en operaciones hipotecarias

El demandante también acusa en el juicio a otros dos empresarios, uno de ellos ya fallecido, por cuatro operaciones hipotecarias que había realizado el abogado acusado sobre el local de la Esplanada y el chalé de Binixíquer que pertenecían al propio demandante por adjudicación en la promoción que habían realizado a través de la sociedad que compartían.

El empresario, que era propietario de un local en el puerto vendido al abogado, declaró ayer en el juicio que no conocía al supuesto dueño de este local en la Esplanda y que la hipoteca se hizo para llegar a un acuerdo con el comprador porque no podía acabar de pagarlo.

La acusación particular también pide dos años de prisión por administración desleal y cuatro años por estafa impropia al abogado y al empresario acusado. Al primero de ellos, al igual que el fiscal, le pide una indemnización de 1,9 millones de euros por estos gravámenes hipotecarios y por la venta de la promoción de la plaza Esplanada.