El joven de 23 años, que suma más de 30 detenciones, fue detenido en su casa tras la madrugada del miércoles después de que los agentes accedieran al domicilio con una orden judicial.
La policía judicial de la comisaría detectó denuncias por robos en establecimientos comerciales en el centro de la localidad, por lo que se inició la investigación. En la mayoría de ellos, los daños ocasionados causaban un coste más elevado que el propio botín sustraído, que ascendía normalmente al poco efectivo que los comercios dejaban dentro del mismo. El modus operandi siempre era similar, accediendo a los comercios fracturando las puertas de acceso golpeándola con una patada, eligiendo normalmente locales cuyas entradas no revistieran de gran complejidad ni tuvieran puertas de seguridad, si bien en dos ocasiones sustrajo varios terminales móviles, los cuales se detectó con posterioridad que fueron intercambiados por sustancias estupefacientes.
La Policía identificó al presunto ladrón, que era un conocido delincuente. Tuvieron conocimiento que se ocultaba en el interior de su domicilio, y aprovechaba las horas nocturnas y la cercanía del mismo al centro para desplazarse y no ser detectado.
Al joven además le constaban 4 requisitorias judiciales, ya que el mismo tras ser detenido y puesto a disposición judicial y quedar en libertad, no comparecía ante las posteriores citaciones judiciales, por lo que ante ello el Juzgado de Instrucción de Guardia autorizó el acceso al domicilio. La entrada al domicilio se llevó a cabo
en la madrugada del miércoles, encontrándose el mismo en su interior oculto bajo el sofá y siendo de forma inmediata detenido y trasladado a dependencias policiales.
Durante la mañana del mismo miércoles fue puesto a disposición judicial, decretando contra él, prisión provisional, comunicada y sin fianza.
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