Acceso cortado desde el puerto y desde la ‘general’. | Gemma Andreu

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La Costa de Ronda, de Maó, que conecta la carretera general con el puerto, continúa cerrada al tráfico porque aún no se ha descartado que puedan producirse nuevos desprendimientos similares al que ocurrió el viernes a la medianoche.

Las dos enormes rocas que cayeron sobre el asfalto en el carril de descenso fueron retiradas el sábado por operarios del departamento de carreteras del Consell. Será necesario, además, reasfaltar el tramo que quedó deteriorado por las piedras.

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La evaluación del estado del acantilado desde donde cayeron las rocas todavía no ha podido precisarse, de ahí que por cuestiones de seguridad el tráfico se haya mantenido cerrado durante todo el fin de semana. Solo se ha permitido el paso de los camiones que tenían que embarcar en el muelle del puerto. A los que desembarcaban se les dio un paso alternativo por el puerto en dirección a Cala Figuera formando un convoy que fue escoltado por las fuerzas de seguridad. En ese sentido la compañía Trasmed agradeció ayer la efectividad de Ayuntamiento, Consell y fuerzas de seguridad para llevar a cabo la operativa y asegurar la llegada y salida de las mercancías.

El Ayuntamiento cerró el acceso al centro de la ciudad el sábado y el domingo por el Carrer de l'Església, lo que despistó a algunos conductores que pretendían llegar al puerto, pero sí dejó abierto el paso para los que procedían de la Plaça del Príncep hacia la Costa de Ses Voltes por donde sí podían alcanzar su destino.