Los huevos, a cuatro euros la docena en Menorca: «Se está convirtiendo en un manjar de reyes»

La gripe aviar en los EEUU motiva un desorbitado aumento del precio también en la Isla, con un impacto directo en pastelerías, bares y restaurantes

Maria Caimaris sostiene unos huevos; desde ayer, vende la docena a 4 euros. | Gemma Andreu

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El considerable aumento del precio de un alimento básico como son los huevos a causa sobre todo de la gripe aviar y de la inflación que han desarbolado el mercado de los Estados Unidos, tendencia que además lejos de cesar se incrementará en fechas inmediatas, está ocasionando estragos en Menorca.

Lógicamente, ante una crisis de este calibre sufre el bolsillo de cualquier ciudadano cotidiano. Pero en lo que concierne a todo gremio con dependencia o relación con el sector de la alimentación, la situación merodea el drama. El impacto está siendo brutal.

Bares, restaurantes, panaderías, pastelerías, y lógicamente los propios puestos de venta o distribución de huevos, se encuentran enfrascados en una espiral de subida de precios que no resulta sino una amenaza para sus propios medios de vida. Y lo más sangrante del caso, nadie advierte o presume una pronta solución.

«Hoy –por ayer– nos subieron 20 céntimos el precio de la docena», detalla Maria Caimaris, con un puesto de venta en el mercado de Sa Plaça, en Maó. La venta al cliente, por tanto, ha pasado de 3.8 a 4 euros. «Y la semana que viene, dicen, habrá otra subida y cada semana igual», sigue Caimaris, que no niega que el problema «es grave».

«Nos dicen que llegará a costar un euro el huevo» e incluso días o semanas en que «no podrán abastecernos», añade Caimaris, cuya última observación comparte Anna Pons, gerente de la Granja Avícola Consell, por su parte también sensiblemente preocupada por el hecho de que «no pueden garantizarnos la producción».

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La repostería es otro de los gremios que sufre con la guerra de precios.

«Estados Unidos está pagando más y el granjero español se lo vende, a este ritmo se llegará a un punto en el que no podremos vender», expone Pons, quien precisa que «de momento esta subida no repercute en el cliente, pero nos está generando un gran desbarajuste, y nos resulta inviable asumir esa subida del 25 por ciento de esta semana».

«La demanda internacional es tremenda, esto es una guerra de mercados y a este paso los huevos serán un manjar de reyes; desconozco qué solución puede haber, pero llevo 30 años vendiendo huevos y nunca había visto algo así», termina la gerenta de la Granja Consell.

En lo que se refiere al sector de la restauración, el grado de incertidumbre y preocupación es similar. «Una subida del 25 por ciento... para nosotros es muy complicado», reflexiona Silvia Vallejos, propietaria del Bar Cafetería Gil de Maó. «La gente va al súper y quizá entiende que allí suban los productos, aquí les cuesta más, pero no queda otra que subir precios, aunque nuestro margen cada vez es menor. Llegará que será un lujo ir a tomarse un bocadillo a un bar», abunda Vallejos. «Ningún sueldo sube al ritmo de lo que sí lo hacen los huevos u otros alimentos, y la gente en general se mira estas cosas; ahora tal vez en lugar de un bocadillo, piden medio... pero entendemos que para la gente también es difícil salir a comer fuera», apostilla la empresaria.

Otro frente en el que anida la preocupación son las pastelerías. «Un 25 por ciento ahora, la semana que viene habrá más subida... desde la covid toda ha subido mucho, y en Alemania, donde tienen idéntico problema, me dicen que la decena de huevos, no la docena, ya vale 5.9 euros», opina y desvela Pedro Sintes, propietario de la pastelería Can Sintes, quien lamenta que así «no podemos hacer ninguna previsión de nada, los huevos tienen pronta fecha de caducidad... ¿La solución? No la hay, puesto quiénes tienen que hacer el trabajo para ello, no lo hacen», finaliza el pastelero.

Por su parte, Mari Tudurí, empleada de largo recorrido en la conocida pastelería Ca Na Sandra, también de Maó, indica que «a nosotros, por el momento, no nos ha subido el precio», además de que su proveedor les ha comentado que «en principio seguirá así las próximas fechas», si bien no niega que «existe preocupación» ante lo que se comenta y lo que se avecina.

Por último, pulsamos a Toni Ferrer, propietario del horno artesano Es Llonguet, radicado en el centro de la ciudad, quien de momento no sufre por la escalada de precios en tanto que «usamos huevos camperos, de aquí, que han subido, pero no en esa proporción». Pero a medio y largo plazo, Ferrer es consciente de que la problemática también les puede afectar.

«Estamos preocupados, quieres poner un precio y no sabes hasta cuando lo podrás mantener; antes subíamos precios en enero, ahora tienes que esperar a mayo e intentar mantenerlos toda la temporada», analiza Ferrer. Y acaba; «a saber como rodará esto, porque al subir los otros, la gente dará el salto y terminarán subiendo también los huevos camperos, si bien no debe afectarnos igual».

El apunte

La intranquilidad se hace extensiva en relación a todos los alimentos

El incremento del precio de los huevos lógicamente focaliza la preocupación de quiénes directa o indirectamente son dependientes del sector alimentario, pero no es lo único que inquieta. «Todas las materias primas han subido mucho desde 2020, nuestro gremio está amenazado, es la realidad», indica Toni Sintes, de Can Sintes, exposición compartida por la gerenta de la Granja Consell, Anna Pons, y por Silvia Vallejos, propietaria del Bar Gil. «El café, el aceite de girasol... muchos productos se han encarecido mucho, no solo los huevos», matiza esta última al respecto. «La preocupación es general, no solo por los huevos, todo está subiendo mucho», alude por su parte Mari Tudurí, de Ca Na Sandra.