El complejo construido a mediados de la pasada década se degrada día a día. | B. S.

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Pasa el tiempo y el complejo turístico Ses Canaletes, a escasos metros del campo de golf en la urbanización de Son Parc, sufre un deterioro implacable que salta a la vista. El eterno conflicto sobre la titularidad de la mayoría de los 66 apartamentos, en manos de la justicia, ha facilitado su conversión en un imperio de okupas que van y vienen, usurpan los inmuebles e inciden en su degradación como muestran las imágenes, sin que nadie se lo impida.

Como resultado, los propietarios particulares, que adquirieron 12 apartamentos del complejo levantado hace unos 15 años por la promotora Peoma, muestran su indignación por la lentitud de los juzgados y el sometimiento a quienes ocupan ilegalmente varias de las casas dúplex.

Las zonas comunes ofrecen un aspecto desolador, así como las terrazas, piscina o barandillas que le alejan de cualquier reclamo turístico.

«Hace 20 años que veraneo en Menorca, lo compré sobre plano en 2003 y no puedo disfrutarlo», explica Esther, una de las propietarias. Asegura que se ha enfrentado a algunos de los okupas para recriminarles escándalos, suciedad, mal uso y plantaciones de marihuana, pero lo único que consiguió fue que se lo desvalijaran por completo. Ahora lo tiene alquilado a un precio módico «para que al menos no puedan meterse dentro, pero cuando vengo en verano me tengo que ir a un hotel porque me da miedo estar allí con mis hijas, es un peligro».

De la misma opinión es Alfonso Abolacia, dueño de tres apartamentos que tiene alquilados muy por debajo del precio de mercado. «Es una vergüenza, para mi son delincuentes», explica.

José Mateo Torres, de Bonnin Sansó, que posee 4 apartamentos ha tratado de buscar una solución ante la fuga de inquilinos «que o bien se van porque no quieren seguir en ese entorno, o bien tenemos que alquilarlos por debajo de la mitad de lo que cuestan». En los últimos tiempos ha puesto hasta tres denuncias por varios robos y otros actos vandálicos en sus propiedades.

Las fuerzas del orden conocen las usurpaciones pero no constan denuncias por ocupación ilegal recientes. Los propietarios particulares se ven imposibilitados para crear una comunidad que pudiera poner algo de orden y dotarla de un mantenimiento mínimo que evite su constante degradación.

El administrador actual de la mayoría de apartamentos, Alfredo Luis Jiménez, aseguraba hace año y medio que ni la justicia ni las fuerzas del orden le habían dado cobertura a sus reiteradas denuncias por usurpación, insultos y amenazas. Este mantiene el conflicto de titularidad con el anterior administrador de la promotora, Francesc Solé, quien les vendió sus participaciones por la presión de los bancos, pero Solé dijo entonces que le engañaron y se quedaron con ellas.

En el limbo judicial en el que se halla el litigio para determinar quién es el dueño de la mayoría de apartamentos se proporcionaron alquileres opacos. Jiménez Ramos explicó que el anterior administrador siguió haciendo contratos y facilitando llaves a okupas a pesar de los cortes de suministro. La bola de nieve creció hasta llegar a la situación actual.