El suplement "Xoc" inicia hoy la publicación de los trabajos galardonados
Siguiendo con una vieja tradición, y con la finalidad de celebrar el "Día del Libro" y la festividad de "Sant Jordi", el "I.E.S."Joan Ramis i Ramis" de Maó organizó un concurso literario abierto a todo el alumnado del centro. Organizado por los departamentos de "LLengua i Literatura Catalanes" y de "Lengua y Literatura Castellanas" se otorgaron seis premios, atendiendo a los diversos niveles y etapas educativas. La entrega de los mismos tuvo lugar el pasado día 23 de abril en un acto solemne. Los premios consistieron en cámaras digitales y en vales para la adquisición de material educativo. Los distintos jurados destacaron la alta calidad que se registró este año.
Nevera
Ella está pegada a la nevera. No se mueve. El chico cree que llegó después de la noticia.
La que se sienta a su lado, sí, esa que se sirve de la bandeja, no tiene ni idea de cuándo vino.
Todos la miran de reojo, pero nadie dice nada. Ella tampoco. Tiene algo que decir, pero nadie está preparado para saberlo. Por eso la ignoran. Ella no se impacienta. A la espera de que alguien le haga caso, muestra su lado simpático, una cara preciosa con mensaje banal.
Los comensales siguen tensos. No saben que hace un buen día, pero están al lado de la ventana. Quizá también desconocen qué están comiendo.
Todos están en otro lugar.
Todos querrían estarlo.
La señora rubia no come. Se abraza a su vaso de agua- o tal vez algo más- y mira con los ojos vacíos la comida de los demás. Está de espaldas a la nevera, quizás para evitar la tentación, y el cielo se abre ante ella. No lo ve. Está divina. Ni un solo cabello fuera de su lugar, ni una sola arruga. Las uñas perfectas. Para ella es muy fácil ignorar lo que no quiere ver, no tiene problemas. En su cabeza, una obsesión, una niebla vaga, ideas desordenadas, trastornadas por la realidad, sustituyen el tintineo de los cubiertos. Mira a su familia comer y sonríe. Está a punto de desfallecer, pero todo va bien. Los labios le tiemblan ligeramente. Mira al cielo y no lo ve. Hace un buen día y no lo sabe. Alguien comenta lo buena que está la comida. A ella le sobreviene una arcada. Su marido la mira y ella sonríe deseando ser atractiva. Él desvía la mirada. El triste suspiro de sí misma en el que se ha convertido su mujer le repugna.
En su cabeza -no como su mujer- no se encuentra esa niebla, llena de pensamientos vagos, sensaciones diluidas, tristeza, alegría y hambre, flotando en la frontera de la inconsciencia. No. Sus ideas están amuebladas, pero hacinadas, caóticas. Amenazan con venirse abajo. Pesan demasiado. Los ecos de los gemidos de la rolliza y dulce Edna aún retumban en su cabeza envueltos en la culpa y en el fracaso. Tín, tín, su mujer golpea con las uñas el vaso. Él sacude la cabeza. Mira el sitio vacío. Ha sido culpa suya. Él le dejó ir. Tín, tín, ella aún está contra la nevera. Qué difícil es ignorarla. Tín, tín. Sabía que su hijo no volvería, tendría que haber sido más prudente, no haberle dado permiso. Tín, tín. A esa hora ya tendría que estar en casa. Tín, tín. Las caras de pena en el trabajo, los susurros. ¿Qué sabrían ellos? Tín, tín. Le envidiaban, pero él lo estaba perdiendo todo. Tín, tín. No le quedaba autoridad. Tín, tín. El ruidito le estaba poniendo nervioso. Tín, tín. Edna. Las facturas. Los niños. Edna. La comida. Edna. El dinero. Edna. El divorcio. Edna. La pérdida. Edna. El tratamiento. Edna. Su mujer. Tín, tín. Levanta la mirada y suelta el tenedor con virulencia. Tín, tín. Desea gritar, decirle que pare.
Tín, tín. Busca un cómplice, alguien a quien también le exasperen los golpecitos. Tín, tín. Su mirada se cruza con la de la chica de la bandeja, su hija.
Ella mira el plato, ofuscada. El silencio la mata. Tín, tín. Su madre, la mirada hundida en el vaso, marca un ritmo sin sentido. Como sus vidas. Mira el sitio vacío. Es un imbécil. Le odia. Tín, tín. Por su culpa le cortarán las alas, ella ya no se podrá subir a un tren en su vida, ni volar, reír, viajar. Tín, tín. Gracias a la imbecilidad y existencia de su hermano no podrá ser feliz nunca. Le odia. Tín, tín. Ahora ya nadie se habla. Todo el mundo se oculta en su propia cabeza. Tín, tín. Tratan de no chocar, asustados. De no verse, de no hablarse, sonreírse Tín, tín. Y luego está ella. Contra la nevera, fastidiando. Tín, tín. Es insoportable. Al principio deseaba ir y preguntarle, saber qué tenía que decir. Qué había en su cara oculta. Tín, tín. La mira de reojo. No lo puede evitar. Tín, tín. Nadie habla de ella pero está allí. Tín, tín. Nadie habla de él pero no está. Tín, tín. La silla vacía les quema.
Debería estar allí. Tín, tín. Tendría que estar inundando el silencio con sus ideas, con sus planes, sueños, viajes. Tín, tín. Ahora ella ya no podrá hacer nada de eso. Siempre a su sombra, siempre dependiendo. Ella sólo es una triste copia de él. Tín, tín. Él sería el brillante, el original. La rabia corre por sus venas. Tín, tín. Corta la carne con odio. Mastica con rabia. Tín, tín. Pero se va a ir. Sabe que se va a ir. Tom le ha dicho que compraría los billetes, ella le ha dado pasta. Tín, tín. Las maletas, toda su ropa, están en su casa. Tín, tín. Nadie lo sabe. Tín, tín. A nadie le importa. La chica de la bandeja mira las cabezas gachas intentando adivinar a quién le dolerá más, quién lo descubrirá. Tín, tín. A nadie le importará. Su hermano pequeño levanta la cabeza. Se miran. Él hace un amago de sonrisa. Tín, tín. Su hermana es realmente guapa. Está seguro. Tín, tín. Ella sería la única que lo entendería.
Igual podría contárselo. Tín, tín. Despega los labios. No, aquí no. Ellos dos no le oirían, pero no importa. Tín, tín. Él está enfrente. Por encima de la escuálida figura de su madre, pegada a la nevera, está ella. La mira. Tín, tín. Sin disimular. Él sabe que llegó después de la noticia. Tín, tín. Le preocupa. Igual hay silencio por ella. O por la noticia. O por su hermana. Tín, tín. Que no se vaya, por favor que no se vaya. Tín, tín. Y el teléfono. La directora llamará de un momento a otro. Tín, tín. No importará, si no contesta su hermana. Tín, tín. La directora es insoportable. Tín, tín. El parte de expulsión llegará pronto. Tín, tín. Ningún profesor lo entiende. Si el niño viniera de una familia pobre o problemática. Tín, tín. Otra vez ella. Su hermano. Tín, tín. Mira la silla vacía. ¿Por qué tienen que hacer eso? Tín, tín. Algún día descubrirán todo lo que ha robado. O no. Tín, tín. Después está lo otro. Coge aire. Tín, tín.
Despega los labios, esta vez en serio. Tín, tín. Una especie de vocal ronca sale de su boca, ahogada por otro sonido.
Riiiiiing, Riiiiiiiiiing. Suena el teléfono. Las cabezas gachas se levantan. Pensamientos fugaces. El médico. Edna. Tom. La directora. Riiiiing. Por primera vez se cruzan todas sus miradas. Tal vez redescubran el color de sus ojos. La madre hace ademán de levantarse, pero no puede. El padre se adelanta. Riiiiing. Corre para acallar el inalámbrico. Sí. Sí soy yo. Sí. Lo sé. Si. Bien. Muchas Gracias. Pasos. El padre vuelve. Corazones en un puño.
-Es del hospital. Lo confirman. Han identificado el cadáver. Estaba entre los restos del avión.
Revuelo. Chaquetas. Silencio. Todos salen de la cocina. La silla vacía del hermano ausente-muerto- es la única que no se ha movido, que sigue en su sitio. La ausencia llena la cocina. Ella se queda allí. Unos pasos, pequeños, acelerados, de alguien que ha olvidado algo, retroceden. El pequeño se queda frente a ella, frente a la nevera. La mira. Le quita el imán que la sujeta y la coge. Ahora lleva en la mano la última postal que escribió su hermano. Un retazo de felicidad viajera, pasajera, que ya ha llegado a su destino.
Mélanie Werder Avilés
1º de Bachillerato
Setze anys
Setze anys, pudor d'herba;
dolors i alegries,
alcohol i amor;
amb el pit ple i el cap no tant,
alguns vénen, d'altres se'n van,
com el fum que els pulmons ennegreix;
qui diu no, no coneix;
qui diu sí, tampoc.
Setze anys, pudor d'herba
i res a perdre, per sempre.
Pedra rodant
Em mires, unes paraules,
unes tardes, les nostres mans,
estiu, una abraçada,
un petó, els teus cabells,
vint-i-un mesos, dos-cents cinquanta
"t'estimo" i "ho sento",
unes llàgrimes, un record.
Tu.
Poema curt i odiat
Massa tendre per saber què creure,
Massa tard per creure que no ho saps.
Massa lluny per tornar a començar,
massa lluny.
Parlem
Parlem d'ara, parlem d'abans,
Parlem de justs i d'injusts,
Parlem de guerres i malalts,
Parlem d'arbres que no donen fruit,
Parlem de promeses i mentides,
Parlem de paraules prohibides,
Parlem de negre i no de blanc,
Parlem de somriures podrits,
Parlem de tu i de tots alhora,
Parlem de després.
Parlem del que no vols parlar.
Edi Carretero Saborit
IES Joan Ramis i Ramis. 1r Batxillerat C
"Hi ha vegades en la vida"
Hi ha vegades en la vida
que no hi ha segones oportunitats,
que el tren passa un sol cop:
o l'agafes o el deixes anar.
El petit tren,
on hi tens la vida per davant;
en especial, la teva vida,
la que has d'aprofitar.
Maria Pérez Florit
IES Joan Ramis i Ramis. 2n ESO B
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