Diatribas de un misógino

L.C.
Madrid
Si yo fuera mujer y no tuviera desarrollado hasta el límite el sentido del humor, las palabras de Schopenhauer en este libro ("El arte de tratar con las mujeres") me indignarían profundamente. Como soy varón y no carezco de la capacidad de reírme de casi todo, repaso estas páginas y encuentro motivo para la sonrisa, pero también para el enfado. Las reflexiones y chanzas de este misógino feroz constituyen un monumento a la tontería -por más que con frecuencia asome una notable agudeza-, cuando no la constatación de su frustración personal. Pero, bueno, tampoco es cuestión de ponerse trágicos.
Como en muchos casos se trata de una especie de aforismos, no resulta difícil traer algunos de ellos a estas páginas para que juzguen ustedes mismos: "Casarse significa para el hombre dividir por la mitad sus derechos y multiplicar por dos sus obligaciones"; "Casarse, es como meter la mano en un saco con los ojos vendados, y pretender sacar la única anguila entre un montón de serpientes"; "En la monogamia, el hombre recibe demasiado de una sola vez, pero poco a la larga; con la mujer sucede exactamente lo contrario"... Otros resultan más inteligentes, pero leer perlas de esta naturaleza -por más que sean fruto de quien nos ha dejado notables páginas de una filosofía bien construida- no nos alejan demasiado de esos manualillos que despotrican contra varones, mujeres, funcionarios, médicos o periodistas: poco menos que gracietas sin mayor base que la ocurrencia inmediata. Ciertamente tonterías semejantes han surtido desde siempre las bases de las bromas y los hostigamientos masculinos.