¿Cómo avanzan las obras del CIFP de Hostelería?
—Van según lo previsto, ha habido un gran avance. El Centro Integral de FP de Hostelería de Ciutadella es un estandarte, será el primero de una serie de centros integrales que construiremos en Balears, como el Juníper Serra, de Palma, que se mirará en el espejo del de Ciutadella. Hicimos una visita a un centro integral de Pontevedra y es el modelo que queremos aplicar aquí. Acogerá ocho ciclos, toda la familia profesional de Hostelería y Turismo y Panadería y Pastelería, además de cursos de especialización.
¿Están descartados los estudios privados en el centro?
—Lo descartamos completamente. La oferta es pública, de la Conselleria de Educación y Universidades, para la Formación Profesional.
¿Se mantienen los plazos?
—Se mantiene el calendario, aunque algún mes de más va a caer. Trabajamos para que esté a punto para iniciar el curso 2026-2027. La idea es que en el último trimestre del curso 2025-2026 podamos empezar con el traslado. No solo es hacer la obra, hay que equipar el centro, las cocinas, el bar.
¿Se aprovechará maquinaria del IES Maria À. Cardona?
—Será todo nuevo, la del ‘Cardona’ está muy utilizada, abriremos un centro totalmente nuevo. Se trasladará a todo el profesorado de estos ciclos, para unificarlo allí, y se ampliará la oferta, dando cabida a mucho alumnado. Y queremos que toda la FP Básica se pueda dar por las mañanas, es muy importante.
¿Cómo van las obras de la nueva escuela de Es Mercadal?
—Las lluvias están afectando, pero se va levantando la obra. Hay que hacer la solera y luego, cuando puedan entrar los estructuristas, irá mucho más rápido. He hablado con el director de obras, el arquitecto del Ibisec, la empresa constructora, la directora del colegio, y llevan algo de retraso, pero confiamos que podremos recuperar el tiempo perdido. Nuestro horizonte es que el curso 2026-2027 empiece allí, y necesitamos unos meses de antelación para limpiar, instalar el mobiliario, hacer las conexiones eléctricas, los últimos retoques.
El CEIP Joan Benejam necesita una actuación en su cubierta. ¿Cuánto costará?
—Costarán 100.000 euros y tienen un plazo de ejecución de dos meses, se hará en verano, porque no puede haber alumnos. Luego se irán haciendo las obras de la entrada, del forjado, del patio. Se hará en colaboración con el Ayuntamiento, porque conecta con la parte de atrás. Y está el problema terrible de las humedades. Está en el convenio con el Consistorio, pero si no lo hacen ellos pronto, lo tendremos que hacer nosotros.
Se han reunido para abordar la gestión de las ‘escoletes’. ¿En qué punto está?
—Hay una demanda de la Comisión Permanente del Consell Escolar, de que la conselleria asuma ya la gestión de la etapa 0-3, que en estos momentos es de los ayuntamientos. El modelo es muy claro: el primer ciclo de Educación Infantil es una etapa educativa más y forma parte de la formación escolar y de la oferta formativa de la conselleria. En Menorca, la casuística es distinta a la de Mallorca, Eivissa y Formentera, donde necesitamos crear plazas sostenidas con fondos públicos, para absorber la demanda. Aquí, la oferta cubre bien la demanda y es cierto que quieren dar un paso más, para que el Govern asuma la gestión.
¿Es viable?
—Es complicado asumir en estos momentos el personal que depende de ayuntamientos o de empresas subcontratadas. Eso sí, hay el compromiso de que la Dirección General de Atención a la Diversidad y Primera Infancia encargará una auditoría sobre la situación, con las diversas formas de gestión que hay en Balears. Se tiene que cuantificar lo que costaría asumir la gestión y, evidentemente, se tiene que calendarizar, y habrá que hacer cambios normativos. Mi compromiso es que Menorca será la primera, porque fue pionera en 0-3, se ha trabajado mucho, los deberes están hechos.
¿Se marca un plazo?
—Todavía es muy pronto, necesitamos la auditoría. Lo que sí he dicho es que se decidirá en 2026. La idea es que, el último año de esta legislatura, se den pasos firmes y reales.
Sant Lluís demanda un colegio-instituto. Dijo que se puede estudiar... Con condiciones.
—Nuestros criterios son muy claros. Cada comunidad autónoma regula los Ceipieso (centros de Infantil, Primaria e Integrados de Secundaria) de forma distinta. Me enseñaban el modelo de Madrid, con institutos-escuela hasta segundo de ESO, y en Catalunya es hasta cuarto. Nosotros tenemos el modelo más parecido al catalán, porque no creemos que el alumno deba cambiar de centro al acabar segundo, la ESO es una etapa importante en la adolescencia y, a veces, los cambios no son positivos para los jóvenes.
¿Entonces?
—Para crear un Ceipieso tenemos dos criterios. Primero, que haya una necesidad de escolarización, es decir, que no haya suficientes plazas y necesitemos descongestionar colegios e institutos. El otro, que haya alumnos con vulnerabilidad, en unos barrios, como ocurre sobre todo en Palma, con estudiantes muy vulnerables que necesitamos proteger, que no salga del barrio hasta completar Secundaria, porque si salen antes, provoca un abandono y más problemas. Y no es el caso de Sant Lluís: los institutos de Maó tienen plazas suficientes y no se trata de un alumnado vulnerable. Pero ante el proyecto pedagógico que nos presenta el Ayuntamiento, el CEIP Sa Garriga, no el de Sant Lluís, la Plataforma de Ceipieso Sant Lluís, podemos escuchar e intentar llegar a un acuerdo, a modo de plan piloto específico, pero con una línea muy clara, que haya dos líneas hasta cuarto de Secundaria, en eso no podemos hacer una excepción. Antes, necesitamos hablar con el resto de la comunidad educativa implicada o afectada, como los institutos de Maó, que perderán alumnado. Y tenemos que hablar con las familias y ver si querrán quedarse.
Un proyecto que ha perdido fuelle es el CIFP de Es Castell, a cambio de crear otro en la zona de Bintaufa.
—Bintaufa surgió con un acuerdo con la comunidad educativa de Secundaria de Menorca. Pedían en Bintaufa un centro que pudiera integrar la formación profesional de los tres institutos de Maó, Pasqual Calbó, Cap de Llevant y Joan Ramis, porque no querían que toda la FP se trasladara a Es Castell. Por la necesidad de llegar a un acuerdo, propusimos el centro integral de Bintaufa y, a la vez, el de Es Castell, para dedicarlo a nuevas formaciones, sobre energías renovables, carpintería, certificados de profesionalidad nuevos, inteligencia artificial y espacios para emprendeduría o el Centro de Orientación Académica y Profesional (COAC) de Menorca.
Su conselleria apuesta fuerte por la Formación Profesional.
—Es nuestra piedra de toque. Balears es la comunidad autónoma con mayor abandono escolar, del 20 por ciento, en España es del 13 por ciento. La única forma de luchar contra eso que haya una muy buena orientación en Secundaria y tener una muy buena oferta de FP que anime a los jóvenes y, a la vez, satisfaga la demanda del tejido industrial y empresarial. Y esa es la apuesta del Govern contra esta lacra. La realidad de nuestra comunidad autónoma, nuestra economía y nuestro sector turístico, hacen que tensione el sistema educativo y haya un abandono prematuro. No nos podemos permitir perder este alumnado, necesitamos que toda la sociedad y el sector empresarial, sobre todo el turístico, se impliquen y ayude a la administración, a mantener al alumnado de entre 16 y 21 años en el sistema educativo. Es capital.
La facilidad para encontrar trabajo sigue afectando.
—Nos tenemos que meter en la mente de los jóvenes. Si quieren comprarse una moto, un ordenador, un teléfono, necesitan dinero. Y al ponerse a trabajar como mano de obra poco cualificada, ya les da un sueldo. El convenio de hostelería de Balears es el más alto de España. Que no se malinterprete. No pongo en duda que deba ser así, pero hay que tener en cuenta que eso hace que los jóvenes no vean la necesidad de formarse. El sector tiene que ayudarnos, para que estén formados, si no fracasaremos como sociedad.
Se intentó con la FP Dual del calzado por ejemplo, y no cuajó.
—Es complicado. Hay lugares donde funciona y en otros cuesta más. Muchas veces, lo que el sector demanda, no es lo que pide el alumnado. Hay familias profesionales muy golosas, del ámbito informático, del sanitario, y otros como la carpintería, la electricidad, la electrónica, donde cuesta más.
¿Por qué se optó por la elección de lengua en Infantil?
—La normativa dice que los padres tienen derecho a elegir la lengua de la primera educación. Lo establece la Ley de Normalización Lingüística de 1986 y lo reiteran el Decreto de Mínimos de 1997 y la Ley Balear de la Educación del anterior Govern, en 2022. Nosotros hemos cumplido el derecho de las familias, al igual que el derecho de los centros a elegir el proyecto lingüístico. En Menorca, los porcentajes son muy parecidos a la elección de lengua del alumnado en la PBAU, siempre tiene unos índices muy altos en catalán.
El apunte
«Hay un gran déficit de profesores de física, matemáticas, catalán, latín, griego, biología»
4 comentarios
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Patetico !! lanzarse flores ellos mismos, vaya personajes
Unaltre disfrasat
Serán los que esperan 20 años un centro digno. Y lo que falta .. Válgame Dios tanto inútil !!!
Quin personal......🤣🤣🤣🤣🤣🤣