Una gran sala diáfana y espacios multiusos, el futuro que prepara Maó para la Sala Augusta

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó está manteniendo reuniones con entidades para perfilar los usos futuros del edificio

La Sala Augusta sufrió un incendio intencionado hace unos días | Katerina Pu

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Los recientes episodios de delincuencia en el recinto de la Sala Augusta de Maó han vuelto a poner el foco en este edificio ubicado en pleno centro de la ciudad, que desde su cierre hace ya más de dos décadas aguarda un proyecto de reforma que le permita desarrollar alguna función. Desde que se descartó destinar el antiguo teatro a la nueva sede del Conservatorio se ha puesto sobre la mesa que se destine a usos culturales y de carácter social.

Sobre cuáles son los pasos que se están dando en estos momentos para dar vida de nuevo a la Sala Augusta, el alcalde Héctor Pons explica que en enero se produjo una reunión entre el Ayuntamiento y algunas de las entidades que podrían tener interés en el uso de este inmueble. La idea era recoger ideas y necesidades para dar paso a la elaboración de un anteproyecto de reforma, labor que se va a rematar en una segunda reunión prevista para las próximas semanas.

Héctor Pons adelanta que la intención del Consistorio es disponer de una amplia sala diáfana, sin butacas ni escenario fijos, para que pueda albergar las distintas actividades propias de un espacio cultural y cívico. En consecuencia, el suelo sería plano, no inclinado como el actual.

Además, el edificio pasará a contar, y así lo han reclamado las entidades, con espacios para guardar sus materiales, como es el caso de los instrumentos, y una sala insonorizada, concebida para ensayos principalmente. La intención, comenta Héctor Pons, es que sean unas instalaciones de uso diario, constante, no solo para representaciones y actuaciones de fin de semana. Las asociaciones de vecinos pueden tener también su rincón.

Una vez estos usos queden definidos, será el momento de redactar un proyecto básico o anteproyecto. Luego habrá que encargar la elaboración de un proyecto ejecutivo, aprobarlo y licitar los trabajos de reforma. Existe el compromiso, refrendado mediante protocolo, de que el Govern balear financiará la actuación. Héctor Pons comenta que ha solicitado ya al Ejecutivo autonómico que este protocolo se traduzca en un convenio que sustituya aquel, todavía no derogado, que establecía la construcción del Conservatorio.

Otras de las cuestiones a resolver, a concretar, es la gestión del espacio. La pretensión del alcalde es que sea una gestión sencilla, asequible, cómoda para los usuarios, con un formato que se acerque a la autogestión. Podría adaptarse a la posible existencia de un bar en el recinto, cuyo personal asumiera una parte de estas funciones de conserjería o similares. El objetivo es ser ágiles en gestiones, como las reservas de espacio, no complejas.

El apunte

Ara Maó asegura que el edificio se degrada ante un «futuro incierto»

La situación de la Sala Augusta aparecerá en el pleno del Ayuntamiento de Maó del jueves a través de una pregunta de Ara Maó. En concreto, el antiguo socio del PSOE en el equipo de gobierno quiere conocer si el alcalde considera que fue una buena decisión abandonar el proyecto de construir allí el nuevo Conservatorio y si realmente el coste de la nueva vía adoptada será inferior a aquella iniciativa.

Ara Maó cuestiona que sea así, ya que, entiende, hay que sumar los trabajos realizados con anterioridad que ahora se pierdes y los encargos para el nuevo proyecto. Esta formación considera que el cambio de rumbo ha dejado a la Sala Augusta con «un futuro incierto y una degradación evidente de su entorno», sin que tampoco vea avances significativos desde entonces.