¿Cómo cambia la IA la vida familiar y escolar?
—Las está transformando al ofrecer herramientas que facilitan la organización, el aprendizaje y la comunicación. En el ámbito familiar, puede ayudar con la gestión del tiempo y la automatización de tareas, pero también supone un reto en la convivencia y el uso equilibrado de la tecnología. En la educación, abre nuevas oportunidades para personalizar el aprendizaje y mejorar el acceso a recursos educativos, aunque plantea desafíos en términos de equidad, privacidad y formación docente.
¿Cuáles son los retos de la IA en estos ámbitos?
—En el espacio familiar, uno de los principales consiste en garantizar un uso consciente y responsable, evitando que la tecnología sustituya la interacción humana. En la educación, los retos son la capacitación del profesorado, la brecha digital, la privacidad de los datos y la necesidad de desarrollar competencias críticas en los estudiantes para que comprendan cómo funciona la IA e influye en su toma de decisiones.
¿Y cuáles son las oportunidades que ofrece?
—Tan eficaces y extraordinarias como el acceso a contenidos personalizados, la posibilidad de optimizar el tiempo de enseñanza y aprendizaje, y la automatización de tareas repetitivas. También puede ser un aliado para mejorar la equidad en el acceso a la educación y para desarrollar metodologías más dinámicas y adaptadas a cada estudiante. Para ser realistas, en muchos casos, la IA se presenta como un acelerador de procesos.
¿Cómo gestionar el acceso y el uso de la IA?
—La clave está en la alfabetización digital y en el establecimiento de normas claras sobre su uso. Es fundamental acompañar a niños y jóvenes en la comprensión de cómo funciona la IA, fomentar el pensamiento crítico y establecer espacios y tiempos adecuados para su utilización. Además, en el ámbito educativo, es imprescindible diseñar estrategias que permitan integrar la IA sin perder el foco de lo que es importante en toda relación pedagógica: la presencia, el «rostro a rostro» y los valores humanos.
¿Es posible conseguir un uso inteligente de la inteligencia artificial?
—Sí, pero requiere formación y conciencia. Un uso inteligente de esta tecnología implica no solo aprovechar sus ventajas, sino también conocer sus limitaciones y riesgos. No se trata de utilizar la IA por utilizarla, sino de integrarla con criterio, asegurándonos de que realmente aporta valor en el ámbito en el que se emplea. Recordemos que utilizarla implica una huella de carbono enorme en el planeta.
¿Aboga por restringir su uso en la escuela?
—Más que restringir, creo que es necesario regular y educar en su uso. Prohibir sin más puede generar rechazo y dificultar el desarrollo de competencias digitales clave que son muy necesarias. Lo ideal es establecer un marco normativo claro, que incluya la sostenibilidad, la privacidad, la ética y el uso pedagógico de la IA, asegurando que los estudiantes comprendan sus implicaciones y la utilicen de manera crítica, saludable, ética y responsable.
¿Debe fomentarse una ética de la IA?
—Sin duda, y además es urgente. La IA plantea dilemas éticos importantes, como el sesgo algorítmico, la transparencia, la privacidad, los derechos de autor, el uso de datos personales y la manipulación de la información, entre otros. Debemos elaborar y aplicar, por tanto, marcos éticos que regulen su desarrollo y aplicación, asegurando que estas tecnologías se utilicen en beneficio de las personas y no en su contra.
Desde la fe y los valores del Evangelio, ¿cómo valora el uso de la IA?
—Desde una perspectiva cristiana, debe ser una herramienta al servicio del bien común. La última nota publicada desde el Vaticano sobre IA -Antiqua et Nova- subraya la importancia de un uso consciente y ético de esta tecnología, evitando glorificarla acríticamente, así como demonizarla. Si nos ayuda a mejorar la vida de las personas, a reducir desigualdades y a promover la dignidad humana, es muy bienvenida. Pero si su uso genera exclusión, manipulación o deshumanización, debemos replantearnos su desarrollo y aplicación. Como dice el Evangelio: «A César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios», lo que nos recuerda que la tecnología no debe convertirse en un fin en sí misma, sino en un medio para mejorar nuestra relación con los demás y con el mundo.
3 comentarios
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... una conferencia sobre ciencia y tecnología en un antro confesional... no me extraña, el ponente proviene de una universidad privada de la iglesia, qué menos que tratar el tema con el sesgo confesional, las anteojeras bien puestas... al menos se le agradece haber confesado en el artículo que los valores humanos son humanos y no un regalo por inspiración divina... un lapsus, supongo...
Realment fa falta analitzar sa IA, un dels desenvolupaments més complexes i avançats des segle xxi, des de sa òptica de s’evangeli cristià, un cos conceptual creat a s’edat des bronze? Quedau-vos amb els sants i els miracles i pensau els problemes contemporanis a partir de paradigmes contemporanis, per favor.
Le doy la razón (*) Pero mientras, para practicar, podríamos establecer uns marcos éticos para regular la Estupidez Natural de los partidos políticos. (*) En todo caso, lo que sugiere este tipo, es una utopía.