El convenio firmado por AENA y Enaire en 2020 para «la puesta en operación» de la torre remota.

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No era una prueba piloto, como afirma el presidente de AENA, Maurici Lucena, sino un proyecto para «el desarrollo e implantación de la torre remota». Y no es que se quiera poner en funcionamiento de forma inmediata, como asegura que se ha interpretado erróneamente desde la Isla, sino que ya querían que fuera una realidad en el año 2021. Así figura negro sobre blanco en el convenio de colaboración entre AENA y Enaire publicado por el Ministerio de Transportes en el BOE del 23 de julio de 2020.

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En el documento se especifica que en una primera fase «se implantará esta solución de torre remota en los aeropuertos de Menorca y Vigo» y que posteriormente las partes colaborarán «en la puesta en operación de la solución de torre remota en otros aeropuertos gestionados por AENA». En    ninguna de las 13 páginas del convenio y sus anexos se mencionan los términos prueba piloto ni similares. De hecho la propia empresa subrayaba lo contrario en el año 2019, que precisamente no estábamos ante una prueba piloto ya que el sistema ya se había probado con éxito en aeropuertos importantes como London City.

El documento de colaboración auspiciado por el Ministerio ofrece un cronograma orientativo para la «puesta en servicio sin restricciones», fechada en mayo de 2021, que obviamente no se ha cumplido, al parecer por los sucesivos problemas que se han ido detectando, aunque nunca reconocidos por AENA. Preguntado por esas previsiones, Maurici Lucena negó lo que se recoge en el convenio que dio arranque al proceso y llegó a aventurar que «quizá lo que se dijo entonces es que se tendría un resultado preliminar». El convenio estimaba una inversión de 5,4 millones de euros, 4,8 millones a cargo de AENA, que lleva gastados como mínimo 1,85 millones en las obras para habilitar una sala en la terminal y 1,8 millones para su equipamiento y validación.