Cada vez hay más personas en edad de jubilarse que siguen con su actividad. | Josep Bagur Gomila

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Trabajar más allá de los 65 años se está volviendo cada vez más habitual a medida que se va retrasando la edad de jubilación –situada ahora en 66,5 años en el caso de que el solicitante tenga menos de 38 años cotizados– la mejora el estado de salud de las personas que superan esa edad y el contexto económico, en el que muchas personas en edad de jubilarse tienen problemas para llegar a final de mes con las pensiones que les corresponderían.

Según los datos de cotizantes por franjas de edad que el Institut d’Estadística de Balears (Ibestat) ha recabado a petición de este diario, el pasado mes de diciembre se cerró con 731 residentes mayores de 65 años afiliados a la Seguridad Social y en una pequeña porción también a través de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface). Hace unos meses, en plena temporada alta, la cifra de personas mayores que cotizaban se elevaba a 931, un dato nunca antes registrado que ha vivido un incremento del 23,5 por ciento en un periodo de solo dos años.

El aumento de la presencia de este perfil de trabajadores en el mercado laboral se hace todavía más evidente cuando se comparan periodos invernales. Desde finales de enero del año 2021, fecha a la que se remontan las estadísticas por edad facilitadas por el Ibestat, hasta el cierre de diciembre de 2024, el número de afiliados a partir de 65 años ha crecido nada menos que un 37,8 por ciento. La tendencia promete mantenerse al alza durante mucho tiempo y también atestigua el envejecimiento de la población.