La ‘Valldemossa’, en una de sus llegadas a puerto, el año pasado.    | ARCHIVO

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El sector de la pesca de arrastre menorquín se muestra indignado por los cupos concedidos para este 2025, tanto de días de trabajo, una media de 120 por embarcación, como de kilos de gamba roja, un 20 por ciento menos.

Los cupos reducen la actividad de las barques del bou a apenas medio año, lo que complica la subsistencia de empresas y familias, que ven reducidas de forma considerable sus salidas a la mar, si se compara con las 160 o, incluso las 200 que antaño podían llegar a faenar. «Así es imposible, porque los meses que trabajamos no tenemos sueldos de 4.000 euros que permitan vivir el resto del año», señala Xavier Marquès, patrón mayor de la Cofradía de Ciutadella. «Es complicadísimo mantener el negocio, a los marineros; no sé cómo afrontarlo», admite con desaliento.

Al igual que en Ciutadella, en Maó se cumple la media. Así, al «Ciutat de Maó» le corresponden 128 días (el año pasado tuvo 169), la «Josefina» y la «Pito Quintana F» podrán faenar 117 días (tuvieron 140 en 2024) y el «Ferran», que solo pudo trabajar 69 jornadas por haber iniciado su actividad en la rada mahonesa a mediados del año pasado (procede de Roses), obtiene 109 días, según detalla el gerente de la Cofradía de Maó, Gabriel Morro.

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«En principio no habrá más reparto de días», los no utilizados por el conjunto de la flota, lamenta Marquès, quien ve ahí una «incertidumbre» para la profesión. En este sentido, Morro confía que puedan asignarse algunos días más.

Gamba

Al cupo de los días se le añade otra estocada, el tope de gambas que puede capturar cada buque. «No tiene lógica, no podremos trabajar si tenemos días, pero no nos quedan kilos, y tampoco si nos quedan kilos pero no tenemos más días», critica Marquès, que cifra el recorte en un 20 por ciento.

En Maó, Morro el reparto se queda con 6.900 kilos para la «Josefina», 1.800 kilos para el «Ciutat de Maó», 1.100 kilos para la «Pito Quintana F» y apenas 369 kilos para la «Ferran». Los cálculos «se hacen con la media de kilos de los últimos tres años de cada barca».

Hoy, solo trabaja una embarcación, la «Pito Quintana F». Las otras tres de Maó retomarán la actividad entre febrero y principios de marzo y, en Ciutadella, «La Vicenta» prevé arrancar el 10 de febrero y la «Valldemossa» y la «Rosa Santa Primera» entre marzo y abril. La Cofradía de Maó ha alegado contra el reparto, por considerarlo insuficiente. «La ‘Josefina’ puede agotar sus 300 kilos en un par de semanas», algo que hace insostenible la actividad.

El apunte

«¿Tenemos que pescar solo para el turismo y dejar sin pescado a la gente en invierno?»

Xavier Marquès reconoce que el sector «no tiene muchas expectativas de futuro, que no me pidan asistir a más reuniones de ámbito nacional porque, total, ni nos escuchan», denuncia. «Hay un desfase muy grande, no tiene nada que ver un puerto con cincuenta barcas, que el nuestro con tres o cuatro», argumenta para referirse a la sostenibilidad de la pesca que se hace en Menorca o Balears.

«Parece claro que quieren acabar con la pesca, nos    van matando lentamente», asegura al referirse a unos cupos que solo permiten trabajar medio año. «Es que solo tenemos que pescar para el turismo, y dejar sin pescado a la gente el resto del año?», se pregunta el patrón mayor de la Cofradía de Ciutadella, con evidente desencanto con una profesión que ve como se va consumiendo.