La torre de control antigua, construida en 1969, avanza en su deterioro mientras AENA trata de estirar su vida útil con inversiones para parchearla a la espera de un nuevo sistema de control aéreo virtual que no arranca. | Gemma Andreu

TW
5

La polémica puesta en marcha del nuevo sistema de control aéreo virtual en el Aeropuerto de Menorca se ha convertido en una oscura serie de suspense marcada por la más absoluta opacidad. La llamada torre de control remoto lleva estancada 31 meses, desde mayo de 2022, en una eterna «fase de pruebas» que se esperaba poder superar en dos meses. La nueva tecnología, que deben permitir controlar el tráfico aéreo sin visión directa sobre la pista, todavía no ha recibido el visto bueno de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y desde AENA se niegan a dar explicaciones sobre las evidentes complicaciones que está viviendo un proceso del que se limitan a asegurar que es «complejo» y que se está «avanzando».

El gestor aeroportuario, que anunció el nuevo sistema por sorpresa en 2019 con un plazo previsto de dos años, ha renunciado hace tiempo a marcarse un horizonte y asegura que por el momento «no hay novedades». Mientras tanto, trata de mantener en pie la torre de control física, la más antigua de España, levantada en 1969, con inversiones periódicas –la última en ejecución– para alargar su vida útil, que en la previsión más optimista vencía este año, aunque desde 1999 figura en documentos oficiales la necesidad de sustituirla.

Son muchas las actuaciones que se han llevado a cabo para tratar de paliar los múltiples problemas que arrastra la infraestructura. Ya en 2011 se tuvo que realizar una intervención urgente para reforzar su estructura, afectada de aluminosis. Entonces se trabajaba con la previsión de que la nueva torre fuera una realidad en el año 2015. En febrero de 2019 la entonces directora del aeropuerto, Eva Valenzuela, aseguraba que ya tenía sobre la mesa el proyecto básico y que en dos o tres años iba a ser una realidad. Sin embargo, en un giro de guión inesperado e inexplicado, solo cinco meses después se anunciaba a través de este diario que, tras 20 años retrasándose y con partida aprobada de 4,6 millones de euros, se descartaba esa inversión para apostar por un nuevo sistema virtual.

Desde entonces, en los últimos cinco años, AENA lleva invertidos prácticamente 800.000 euros –según el histórico de su portal de contratación– en actuaciones para intentar parchear los desperfectos –goteras, filtraciones, presencia de amianto, corrosión de las estructuras metálicas y un largo etcétera– de la vieja torre, mientras ha desoído con terquedad uno tras otro los acuerdos plenarios que exigían la construcción de la comprometida nueva infraestructura. Todos los partidos políticos con representación en las Islas, desde ayuntamientos, Consell, Parlament e incluso el Senado han reclamado sin éxito a la empresa cotizada de mayoría pública que dé marcha atrás e invierta en la construcción de una nueva torre.

Noticias relacionadas

Inversiones

En esos cinco años AENA y Enaire, la encargada del control aéreo, han ido dando los pasos administrativos y ejecutivos para hacer realidad un sistema virtual pionero en España. Primero con la firma del convenio entre ambos, publicado en el Boletín Oficial del Estado el 24 de julio de 2020. Ya en plena pandemia el documento marcaba una inversión global de casi 5,4 millones (unos 800.000 euros más que el proyecto de nueva torre) y un calendario que la realidad ha dejado en ridículo.

Entonces, ya teniendo en cuenta los retrasos derivados de la situación de excepción generada por la covid-19, se calculaba que la construcción de las dependencias para la nueva sala desde donde se realizará el control arrancaría tras el verano de 2020 y que estaría lista para funcionar con tráfico real en el plazo de un año (verano de 2021) tras un periodo de pruebas que se estimaba en dos meses y que, como hemos visto, ya va por 31 meses.

No fue hasta el mes de diciembre del año 2021 cuando arrancaron las obras de transformación de una parte del llamado edificio AENA para ubicar la nueva sala de control en la planta baja. Los trabajos, ya concluidos, fueron adjudicados por 1,85 millones de euros. En paralelo el gestor aeroportuario también adjudicó el suministro en estado operativo y la validación de los equipos necesarios para la implantación del nuevo sistema por otros 1,8 millones de euros, un contrato en vigor desde el 23 de octubre de 2020 y con una duración prevista de algo más de tres años que AENA ha tenido que suspender hasta en tres ocasiones visto los problemas surgidos en el proceso de implantación. La última suspensión fue aprobada el 14 de marzo de 2024.

No es el único contrato que AENA, sin más explicaciones públicas, se ha visto obligada a suspender. En la misma situación se encuentra el de suministro del sistema autorizado de control del tráfico aéreo para la llamada torre remota, adjudicado en octubre de 2020 por 388.652 euros y desde junio de 2023 en estado de «suspensión total». AENA ha licitado otras actuaciones para hacer posible la torre de control por valor de 870.000 euros mientras que Enaire lleva invertidos en actuaciones para el sistema virtuales 206.700 euros.

El apunte

El nuevo sistema no está en marcha pero ya da trabajo de mantenimiento

El nuevo sistema de control remoto que se ha instalado en el sótano del edificio AENA del Aeropuerto de Menorca todavía no ha entrado en funcionamiento, sigue en una eterna supuesta fase de pruebas, lo que no quiere decir que no está dando trabajo a los técnicos de mantenimiento. Las cámaras y aparatos requieren de supervisión y van envejeciendo sin que se hayan probado con tráfico real. En ese sentido, desde el sindicato CCOO vienen denunciando que la plantilla de técnicos es muy justa (aseguran que debería doblarse) para atender tanto la vieja torre, como la nueva sala remota. El proyecto está siendo fuertemente contestado no solo por la sección sindical de CCOO del grupo AENA, sino también por los sindicatos de controladores aéreos.