El torrente de Es Mercadal se desbordó.

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La angustia que vivieron los vecinos de Es Mercadal la tarde del 15 de agosto quedará grabada en la memoria de toda una generación. «Fue terrible, como un tsunami, el agua derribó la puerta de casa y entró devastándolo todo», relataba Ester mientras sacaba el barro de su casa y echaba cuentas de los destrozos. Hubo vecinos que, ante el desborde repentino del torrente, tuvieron que correr a refugiarse en lo más alto de sus casas. Los coches que estaban aparcados junto al cauce fueron arrastrados por una ola de lodo que sumergió las calles. En las plantas bajas, mobiliario e instalaciones quedaron inservibles. Puentes, carreteras y equipamientos públicos fueron reducidos a escombros. En cuestión de minutos, el corazón de Menorca pasó de vivir en una idílica postal de verano a la zona catastrófica.   

La semana del puente de agosto empezó con la vista puesta en el cielo. Se había activado una alerta por lluvia los días 14 y 15, sin embargo nadie llegó a prever la fuerza del diluvio que caería justo cuando la DANA parecía que iba a pasar de largo. Ese día se batieron cinco récords meteorológicos en Menorca. Los 204,4 litros por metro cuadrado que cayeron en el entorno de la montaña de El Toro es el mayor registro jamás alcanzado en la Isla, la mayoría en pocas horas. El agua se desparramó a toda velocidad ladera abajo hasta desbordar el torrente que cruza Es Mercadal, arrasando con los muros, puertas y vehículos que encontraba a su paso.

El primer aviso del peligro de riada que recibieron los servicios de Emergencia se generó a las 14 horas y a las 15.30 horas ya era seguro que el torrente se desbordaría. Pero no se activó ningún aviso a la población para que desalojara sus casas o retirase los vehículos de las zonas inundables. Ni en Es Mercadal ni en Alaior, el otro municipio que resultó peor parado. Tampoco se alertó a las familias que estaban a esa hora en los hortals de Es Plans y que acabarían atrapadas y siendo rescatadas en helicóptero por la Guardia Civil. Cientos de coches de turistas y residentes sigueron entrando a la carretera general durante horas sin saber lo que se iban a encontrar.   

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Los fallos en la gestión de las horas centrales de la DANA y el apagón informativo que sufrió la población en los momentos más críticos motivaron una tormenta política. «Que no hubiera daños personales demuestra que algo se hizo bien en materia de prevención», defendió el presidente Adolfo Vilafranca frente a las críticas de la oposición en el Consell. Pero lo cierto es que al poco tiempo empezaron a tomarse medidas para subsanar unos errores que el propio gobierno del PP reconoce.

La declaración del centro de  Menorca como zona catastrófica llegaría el 1 de octubre con el acuerdo del Consejo de Ministros. Solo en Es Mercadal el recuento de daños asciende a 27 millones, el doble del presupuesto municipal en un año. En Alaior la factura alcanza los 3,3 millones. La desaparición de la playa de Cala en Porter bajo las aguas arruinó el final de temporada en la urbanización. Pero hay más. Reparar los destrozos en la red viaria —hay 14 carreteras afectadas— le costará al Consell 1,8 millones. Reconstruir el trazado de los torrentes supondrá otros 3,4 millones para el Govern. El Gobierno, por su parte, pondrá 210.000 euros para recuperar las playas. En total, cerca de 36 millones.

Al cierre del año, la promesa de ayudas públicas para el medio millar de damnificados todavía no se ha materializado. Tampoco los ayuntamientos han recibido aún el dinero de las instancias superiores. Son promesas atascadas en el lodo de la burocracia.

El apunte

Familias en los tejados y atrapadas en sus casas

Quedaron atrapados en sus casas y rodeados por el agua sin poder salir. Las llamadas de socorro que empezaron a llegar la tarde del 15 de agosto desde el núcleo rural de Es Plans en Alaior obligaron a movilizar desde Mallorca un helicóptero de la Guardia Civil para rescatar a unas familias que no fueron advertidas del peligro pese a estar en una zona catalogada como inundable. En total fueron evacuadas 16 personas, entre ellas una mujer de edad avanzada que necesitaba su medicación. Pero también había menores de edad y cinco animales de compañía. Las imágenes que difundió el Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña mostraban a familias enteras refugiadas en los tejados y rodeadas por el agua de un torrente desbordado.