Durante cinco minutos a partir de las 7 de la tarde de este lunes, las campanas no cesaron de repicar de forma lenta y pausada, confundidas con sollozos hasta que los alrededor de 500 asistentes irrumpieron en un sonoro aplauso iniciado por el alcalde, Héctor Pons. Era el final de la concentración silenciosa que había tenido lugar en la plaza Constitució, promovida por el Ayuntamiento en su primera jornada de duelo por la gran tragedia.
«Que no haya que repetir nunca más un acto como este», concluyó el primer edil rodeado por toda la corporación, varios consellers de Menorca, Juan Manuel Lafuente, del Govern, la directora insular de la AGE, representantes del Ejército y la Armada, del cuerpo de bomberos, sanitarios, Protección Civil, Guardia Civil y Policía Nacional, entre otros.
Fueron los menores, niños, niñas y adolescentes quienes más exteriorizaron sus sentimientos durante y después del acto de despedida. Estudiantes compañeros de instituto de la adolescente de 16 años, que ya habían vivido otra matinal desgarradora en su mismo centro educativo, prolongaron su aflicción esta vez en el corazón de la ciudad, como lo hicieron los más pequeños exhibiendo rostros de incredulidad y tristeza ante el primer contacto de sus vidas, en muchos casos, con el que experimentaron el dolor por la pérdida de un amigo.
Otro tanto sucedió con los adultos, muchos de ellos desplazados desde Sant Lluís, localidad ligada a la pareja que perdió la vida en el siniestro.
El acto concluyó con los abrazos sinceros de unos con otros, envueltos en lágrimas y más lágrimas. La fuerza se transmitía entre todos en busca de un alivio, de un aliento mínimo que por el momento no existe.
1 comentario
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Na hay consuelo para estos momentos tan duros.....