Silvia Pires, en una imagen captada en Poing, Baviera (Alemania).

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Decenas de educadores infantiles de España emigran cada año a Alemania para trabajar de su profesión y tener una estabilidad laboral que les permita alcanzar la independencia que aquí no consiguen. Lo que en España es falta de oportunidades y precariedad es en el país germano trabajo asegurado con pedagogías modernas y condiciones inimaginables. «Dejarlo todo e irme fue la mejor decisión que he tomado, mi vida está aquí y España y Menorca particularmente solo es una opción para pasar las vacaciones», afirma Silvia Pires Nuevo, una educadora infantil menorquina de 35 años que hace cinco emprendió su nueva vida laboral y personal en Alemania.

Después de terminar el Grado Superior de Educación Infantil en el IES Cap de Llevant y formarse como guía Montessori sin encontrar opciones laborales estables en las islas, decidió buscar una alternativa para «desarrollar mi carrera profesional y ganar dinero, seguir formándome sin trabajar era inviable económicamente». Fue así como encontró la oportunidad de mudarse a Alemania a través de Helmeca, una empresa alemana con delegaciones en España dedicada a la selección y contratación de personal educativo para escuelas infantiles en el país germano. «Fue un proceso intenso, pasé de 0 a 100», describe la menorquina.

En cuestión de meses, su vida dio un giro de 180 grados y empezó una aventura que la llevó de buscar trabajo en el sector de la hostelería y la restauración para llenar la cartera en España a dirigir una escuela infantil en el sur de Múnich. Allí se mudó en octubre de 2018, tras un proceso «intenso, pero rápido», recuerda. Para poder trabajar en una escuela infantil alemana solo tenía que presentar su título y acreditar un B2 de alemán que consiguió a través de un curso intensivo con Helmeca. «Saber que allí el sistema educativo era diferente y que había pedagogías alternativas hizo crecer mi interés por vivir una nueva experiencia», relata la menorquina Silvia Pires Nuevo.

Crecimiento laboral

El primer año trabajó como auxiliar de Educación Infantil y el proceso «no fue fácil». Mejorar el nivel de alemán le permitió disfrutar más de la experiencia el segundo año, cuando ascendió a tutora de aula. Se mantuvo en el cargo tres años, hasta que en 2022 combinó esa responsabilidad con la de ser subdirectora del centro. Desde noviembre de 2023 asume la dirección de la escuela infantil basada en la pedagogía Montessori y compara las oportunidades laborales de la profesión que hay en España y Alemania. «Aquí tienes la tranquilidad de que no te van a echar, te ofrecen un contrato fijo y sabes que tendrás un trabajo estable a largo plazo», explica.

Además de la estabilidad en el ámbito laboral, la menorquina afincada en Múnich destaca la estabilidad económica. «Aunque el nivel de vida aquí es alto, los sueldos son elevados y a final de mes sigue quedando dinero para ahorrar, cosa que en España es difícil que pase», apunta.

El apunte

«Es totalmente falsa la creencia de que ser educadora infantil es pintar y colorear»

Alemania se ha convertido en el destino predilecto de los educadores infantiles al ser profesionales muy valorados. Según Helmeca, faltan más de 430.000 plazas para niños en las escuelas infantiles alemanas y es necesario cubrir más de 308.800 vacantes de educador infantil en los próximos cinco años. «Aquí los jóvenes optan por otros estudios, es un trabajo muy estigmatizado», lamenta Silvia Pires Nuevo, que sostiene que «es totalmente falsa la creencia de que ser educadora infantil es pintar y colorear».

La necesidad de cubrir tantas plazas también es consecuencia del concepto pedagógico de las escuelas: para un centenar de niños puede haber entre 15 y 20 educadores por escuela. «La pedagogía Montessori que se sigue establece grupos de edad al azar. En las aulas puede haber un máximo de 12 niños de entre seis meses y tres años, por lo que hace falta mucho personal para dar respuesta a las necesidades de cada niño», aclara. Aún así, puntualiza que «aquí se dan facilidades para criar a los hijos y suelen ir a la escuela infantil con un año o más».