Una usuaria de la fuente de Calàbria, en Maó, que se halla cerrada.

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El Ayuntamiento de Maó se plantea en primer lugar la reparación de la desnitrificadora de Malbúger e implantar un nuevo sistema de control de su funcionamiento, con soporte externo del fabricante, para tener más garantías. Aunque el alcalde Héctor Pons ya respondió ayer, a preguntas del PP, que «una planta de este tipo no se arregla en un mes, pero está en marcha».

Sobre la segunda desnitrificadora, la de Sant Climent, se está acabando la instalación y está pendiente la declaración de interés general que permita conectar la planta con el depósito de Turó, obra para la cual el Consistorio tiene aprobada financiación del Consell insular. Se han solicitado fondos de la ecotasa para ejecutar la conexión de pozos de Llucmaçanes con Turó y Pons anunció el inicio pronto de la redacción del proyecto de una tercera desnitrificadora en Turó, ya que con dos no se podrá responder a toda la demanda de agua tratada en los meses de julio y agosto.

El concejal del PP, Bernardo Pax, interrogó al alcalde sobre la futura construcción de una desaladora y Pons respondió que se está estudiando su viabilidad, que así se le ha pedido al Govern con la condición de que no sirva para un mayor crecimiento turístico. El popular también se interesó, en su turno de preguntas, por las bonificaciones en las tarifas del agua a los usuarios ya que esta no es apta para el consumo. En este sentido, el alcalde aseguró que no se descarta «estudiarlo», al tiempo que recordó que el expediente de tarifas no está aprobado definitivamente y ya se había valorado introducir algún tipo de bonificación en los recibos para las zonas que no recibían agua apta para el consumo, que ahora, tras el parón de la desnitrificadora, comprenden la totalidad del municipio de Maó.