Las patologías osteoarticulares son causa de baja frecuente. En la imagen, una camarera de piso. | LAURA L. MARIN

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El aumento del absentismo laboral por Incapacidad Temporal por Contingencia Común (ITCC), el accidente o enfermedad no laboral, es una preocupación para las empresas, que se encuentran con el problema de que las bajas de sus trabajadores se dilatan en ocasiones por ese atasco en la sanidad pública.

Las bajas implican costes por un empleado con el que no pueden contar, ya que deben seguir pagando su cotización –el tope máximo establecido es de 545 días, luego si continúa la IT pasa a pago directo por la mutua–, y en los casos en los que así lo recoja el convenio colectivo o de empresa, mejorar la prestación de pública hasta la totalidad del salario. Por otro lado, cubrir la baja con otro trabajador es complicado, especialmente en las actividades turísticas y de hostelería en la temporada alta.

«Hay que tener en cuenta que algunas son empresas pequeñas, con pocos empleados, entre uno y cuatro», señalan desde el departamento laboral de la federación PIME-Menorca, «y que no es fácil soportar el coste y encontrar gente». La patronal atiende problemas relacionados con esta gestión de las bajas, con casos concretos como el de «un trabajador de un restaurante que tiene que operarse de piedras en el riñón, en principio le dijeron que sería en breve y le pusieron un catéter, pero no le llaman, está de baja desde julio y sigue así». La temporada finaliza y más de tres meses después, la intervención de cálculos renales sigue pendiente.

PIME recuerda que el convenio de hostelería es uno de los que contempla para la empresa completar ese porcentaje del sueldo que no cubre la Seguridad Social.

Proceso

En una baja por enfermedad común los primeros tres días el trabajador no recibe ninguna cuantía, salvo que su empresa por elección o convenio lo pague; del día 4 al 15 de la baja recibe un subsidio que es el 60 % de la base reguladora en nómina, a cargo del empresario. Entre el día 16 y el 20 ese 60 % pasa a pagarlo el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o la mutua, y a partir del día 21 recibirá un 75 por ciento de la base reguladora pagada por el INSS.

Entonces, a partir del cuarto día y hasta un máximo de un año –si existe prórroga de la IT hasta alcanzar el máximo permitido de 18 meses–, el empleado afectado puede cobrar el subsidio a través de su empresa. Si esta complementa las cantidades abonadas por el INSS no notará nada, cobrará el 100 % de su salario.

En España en 2023 se registraron más de 8.100.000 bajas por enfermedades y accidentes no laborales que, según el último informe de la Asociación de Mutuas AMAT, costaron 25.300 millones de euros en prestaciones económicas de la Seguridad Social y de coste directo para las empresas.

Las bajas y altas las concede el médico de familia, otro factor que, debido a la demora para tener cita con Atención Primaria, alarga los procedimientos. Las incapacidades de menor duración no llegan al seguimiento por las mutuas, que sí lo hacen en las más largas. En Menorca constatan un incremento de ITs, así como bajas que se alargan incluso meses por estar el paciente a la espera de una prueba diagnóstica.

Las patologías traumatológicas y osteoarticulares son las que causan la mayoría de las bajas, y en los últimos años, también la salud mental. Desde PIME reclaman un seguimiento especializado de psicólogos para las dolencias mentales    y que no se queden en una baja sin derivación al especialista.