Al cierre del año pasado las emisiones verificadas de CO2 en la central se elevan hasta las 350.579 toneladas. | Gemma Andreu

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Balears cerró el año 2023 con un descenso del 14 por ciento del volumen de emisiones de CO2 provenientes de la generación eléctrica, dejando el balance oficial del año, publicado esta semana por la Dirección General de Energía y Cambio Climático, en 2.074.182 toneladas de este gas de efecto invernadero, una cifra históricamente baja, solo superior a la del año 2020, cuando la paralización económica por la pandemia redujo drásticamente la demanda eléctrica. Todas las centrales de generación del Archipiélago protagonizan descensos significativos en sus niveles de contaminación, con una excepción sonada, la central térmica del puerto de Maó, la única que registró un aumento, del 1,4 por ciento, en el volumen de emisiones de dióxido de carbono.

Las 350.579 toneladas de CO2 emitidas por la central de Endesa en el puerto de Maó a lo largo del año pasado representan el tercer incremento interanual consecutivo en los niveles de contaminación por dióxido de carbono, aunque hay que subrayar que esta tendencia alcista arranca en el punto histórico más bajo, marcado en el año de la pandemia. De hecho, la comparación con el año previo a la covid-19 arroja resultados positivos. 2023 se cerró con un nivel de emisiones un 7,4 por ciento inferior al de 2019. A la vista de los descensos continuados en los niveles de producción que está registrando la central de Maó en el año en curso, a causa de la entrada a pleno rendimiento de los nuevos parques solares –y en especial de la ampliación de Son Salomó, inaugurada a finales del año pasado–, se espera que el balance de 2024 arroje, esta vez sí, un descenso significativo en las emisiones.

Retraso

El retraso que ha venido registrando Menorca en la implantación de medidas para la reducción del uso de combustibles fósiles en relación al resto del Archipiélago queda reflejado en el porcentaje de emisiones de la central de Maó sobre el conjunto de la contaminación derivada de la generación eléctrica en Balears. El año pasado la central térmica menorquina fue responsable del 17 por ciento de las emisiones de CO2 de la Comunidad, a pesar de que la demanda menorquina solo supuso menos del ocho por ciento del total balear. Ese porcentaje ha ido aumentando con los años, a medida que se tomaban medidas de reducción del uso de combustible en otras centrales de Mallorca y de Eivissa. Hace seis años la central mahonesa solo era responsable del 8,4 por cinto de las emisiones.

Exceptuando los años completos en los que Menorca no dispuso de cable de interconexión submarina con Mallorca, 2018 y 2019, cuando la central de Maó tuvo que asumir prácticamente en solitario la demanda eléctrica insular, aumentando notablemente su nivel de producción, esas 350.579 toneladas de dióxido de carbono emitidas en 2023 marcan la cifra histórica más alta, al menos desde el año 2005, al que se remontan las estadísticas que publica la Dirección General de Energía y Cambio Climático del Govern.