La planta desnitrificadora está junto a los depósitos de agua de Malbúger.

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La crisis del agua de Maó ha llegado este martes al pleno del Parlament balear. Lo ha hecho con una pregunta del diputado no adscrito, el menorquín Francisco Cardona, que ha expuesto «el escándalo» que supone que que durante meses «los ciudadanos de Maó hemos bebido agua no potable» con el conocimiento del alcalde, que «no ha dicho ni hecho absolutamente nada».

La consellera de Salud, Manuela García, ha reiterado que el Govern «no supo nada de esta situación, hasta que saltó a los medios de comunicación, hace poco más de tres semanas», concretamente hasta el mismo día que Maó decidió cerrar la planta desnitrificadora de Malbúger. «Ese mismo día recibimos un mail de la empresa» e «inmediatamente requerimos toda la información y los resultados de las distintas analíticas de los últimos meses», asegura la consellera. Asimismo, ha recordado que se ha emplazado a Maó a que la planta siga paralizada y que se abrirá un expediente sancionador para «determinar el grado de responsabilidad tanto de la empresa suministradora como del Ayuntamiento en todo este despropósito».

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Con todo, García ha acusado al Ayuntamiento de Maó y a la empresa Hidrobal de haber «expuesto a la población de forma consciente, reiterada y encubierta a un agua no apta para consumo humano». También ha incidido en lo desvelado por el PP, de que el Ayuntamiento e Hidrobal conocían desde el pasado noviembre «qué problemas tenía la planta desnitrificadora» y, por tanto, «sabía que el agua que estaba suministrando a la población excedía el límite de nitratos permitido y no informaron a la población ni a la Conselleria de Salud». Asimismo, García reprocha que el pasado invierno se «desconectara la planta de la red y se mantuviera el suministro con los pozos», y en ese caso «tampoco dieron aviso ni a la población ni a la Conselleria de Salud».

La consellera también se ha hecho eco de la polémica frase incluida en el informe de Hidrobal, en el que se especifica que había un acuerdo entre Ayuntamiento y empresa para que «en caso de que el agua supere el valor de nitratos no se comunicará a la Conselleria de Salud», un pacto que fue desmentido tanto por el gobierno de Maó como por Hidrobal.

Por su parte, el diputado Cardona en su exposición ha sido más duro con el alcalde de Maó: «Nitratos significa heces. Pedimos amparo y ayuda al Govern balear. Maó, con todos los respetos, no es Burkina Faso, ni Senegal, ni Mali, es una ciudad de la Unión Europea, y es inaceptable que llevemos meses consumiendo aguas con heces».