Una vecina llena una garrafa de agua potable en la fuente que se instaló en 2015 junto al aparcamiento del Binibeca Club.    | Katerina Pu

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El Ayuntamiento de Sant Lluís va a seguir adelante con su proyecto de infraestructuras en Binissafúller Roters con o sin el beneplácito de los vecinos, cuya asociación de residentes asegura que solicitó a los tribunales la suspensión temporal del litigio que mantiene contra las contribuciones especiales como «señal de buena voluntad», para dialogar con el Consistorio y lograr así una conexión que les permita tener agua potable sin esperar al proyecto global, al mismo tiempo que para renegociar las cuotas particulares.

La última asamblea vecinal, con presencia de responsables municipales, se celebró el pasado agosto y desde entonces no ha habido más contactos. La alcaldes, Dolores Tronch, ha declarado a «Es Diari» que no está dispuesta a retrasar más la actuación ni a perder los fondos comprometidos por el Govern. «Vamos a licitar el proyecto a finales de este año o principios de 2025 porque si no será aún más caro», manifiesta Tronch, al tiempo que recela del archivo del pleito vecinal y apunta que «sus casas se van a revalorizar y con la nueva infraestructura se podrá construir en las parcelas que quedan porque habrá servicios».

En estos momentos el Consistorio prepara la respuesta a las alegaciones presentadas por los residentes que, a tenor de las declaraciones de la alcaldesa, previsiblemente serán rechazadas.

Horizonte de obras

Los trabajos de la gran obra de infraestructura para dotar de servicios básicos a la urbanización de Binissafúller Roters durarán como mínimo tres años y la previsión de inicio es después del verano de 2025. Cuestan 7,1 millones de euros, según la última revisión de precios que supuso un encarecimiento de un 50 por ciento del proyecto, inicialmente presupuestado en 4,7 millones. Las contribuciones especiales de los vecinos se calcularon con ese precio inicial. El Ayuntamiento asume el 10 por ciento y los residentes el 90 por ciento, lo que suponía un coste provisional a repercutir entre los vecinos de 4.286.547 euros.

Ahora falta adaptar las contribuciones al nuevo presupuesto, pero el Ayuntamiento cuenta con una ayuda de casi 3 millones de euros procedentes del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS), recursos incluidos en el Plan Menorca Agua Fase II que se presentó en julio.

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Menorca Agua Fase II

El Plan Menorca Agua en su segunda fase contempla actuaciones de renovación de la red hidráulica, así como financiar los incrementos de presupuesto de la fase I. Se benefician siete municipios, entre ellos Sant Lluís, que recibirá 2.897.242 euros para la dotación de redes en Binissafúller Roters.

Ya están redactados los pliegos del proyecto, que incluye la evacuación y recogida de agua pluviales, la sustitución de la red actual de agua potable hasta los depósitos de la urbanización e incrementar el número necesario de las captaciones (pozos) para garantizar el adecuado suministro y almacenamiento.

Esta obra ya contaba con una ayuda anterior de 700.000 euros que por cuestión de plazos tuvo que derivarse a otras actuaciones. La alcaldesa afirma que ahora el proyecto «se licitará lo más rápido posible para no perder la subvención».

Más de una década

Los residentes hace 12 años que no pueden usar el agua que sale del grifo, ni para beber ellos o sus animales domésticos ni para cocina. En la urbanización hay 150 viviendas. Algunos vecinos, además de comprar garrafas de agua, también las recargan en la fuente pública que se instaló en el parking próximo al hotel Binibeca Club en 2015; muchos cuentan en sus hogares con equipos de depuración individuales y tratamiento de ósmosis inversa, pero este último sistema no funciona con un elevado nivel de conductividad.

Además se tienen que preocupar de hacer sus propias analíticas. La última de la asociación es del pasado septiembre y el agua sigue siendo insalubre, con valores disparados de cloruros y sodio.

El apunte

El último informe de calidad ante Sanidad es de septiembre de 2022

El último informe que consta en el Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (Sinac) del Ministerio de Sanidad sobre la calidad del agua en Binissafúller Roters es de septiembre de 2022, cuando se calificó de ‘no apta para el consumo’. Hace dos años que no se actualizan los datos y se incumple por tanto la obligación de informar sobre un elemento fundamental y que puede afectar a la salud.

La responsabilidad de la carga de la información en el Sinac compete a los municipios, tanto si realizan la gestión directa del abastecimiento como si es a través de empresas concesionarias, como sucede en este caso; la vigilancia sanitaria de que se cumpla correctamente la carga de información en el sistema es competencia de las comunidades autónomas. En septiembre de 2022 el gestor del agua de la urbanización de Sant Lluís era todavía Huguet Pons Servicios, SL, y en la actualidad la gestión corre a cargo de la mercantil Binisafua SA.   

Los análisis de que se dispone han sido realizados por los particulares afectados. La asociación de residentes realizó en septiembre analíticas que confirman la presencia disparada de cloruros en el agua, con una concentración de 2.289 miligramos por litro, cuando el límite máximo permitido por ley es de 250 miligramos por litro. La conductividad es de 7.220 microsiemenes por centímetro a 20 grados centígrados, cuando el valor paramétrico normal es de 2.500 y el no apto se sitúa en 4.000. También se detectan 800 miligramos por litro de sodio, frente a un nivel máximo permitido de 200 mg/l y la no aptitud situada en 600.