Joan Calafat, director general de Recursos Hídricos | M. À. Cañellas

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La Dirección General de Recursos Hídrics del Govern balear no se plantea abrir nuevos pozos en Ciutadella, como sí dice contemplar el Ayuntamiento, sino reordenar las captaciones ya existentes y hacer un «uso eficiente» del agua desalada para seguir mejorando el suministro a la población.

Fuentes de la Conselleria del Mar remarcan que desde la puesta en marcha de la desalinizadora de Rafal Amagat se han conseguido disminuir las extracciones de agua hasta en un hectómetro cúbico, lo que ha permitido clausurar algunos de los pozos que presentaban elevados niveles de salinización.

Pero, para que la reducción también «sea significativa» en el casco urbano, Recursos Hídrics considera necesario conectar cuanto antes la desaladora con el depósito municipal de Es Caragolí. Es un proyecto presupuestado en 6’4 millones y que ahora está acelerando pero que -asegura- el gobierno de Ciutadella en el mandato anterior «siempre había rechazado».

Esta postura -afirma- cambió con la llegada del PP al gobierno municipal en julio de 2023 y se corroboró durante la entrevista que el director general Joan Calafat mantuvo este mismo    lunes con el nuevo alcalde de la ciudad, el socialista Llorenç Ferrer.

Portavoces de Recursos Hídrics aseguran que «en ningún momento de la reunión» se planteó por su parte la creación de nuevos pozos, «sino más bien cómo optimizar los recursos existentes, con especial énfasis en el uso del agua desalada, de acuerdo con el Plan Hidrológico».

El Plan de Gestión Sostenible del Agua, aprobado inicialmente el año pasado por el Ayuntamiento de Ciutadella, aboga por reducir la extracción, duplicar el agua desalada y perforar nuevos pozos, pero el documento está siendo revisado -y retocado ahora- por los técnicos de Recursos Hídrics para adaptarlo a la situación actual.

Desbloquear el Plan General

El objetivo principal, para el alcalde, es lograr desbloquear de una vez el nuevo Plan General de Ciutadella, que lleva años paralizado al no poder justificar la suficiencia de agua que se necesita para que se autoricen futuros crecimientos urbanos. Según el planeamiento que está tramitando, se quiere que la población censada en el año 2035 sea de 40.900 habitantes.

En cualquier caso, actualmente el agua de Ciutadella es potable y perfectamente apta para el consumo humano, como acreditan los análisis periódicos que se envían al Ministerio de Sanidad.