La estación desnitrificadora de Malbúger en un ensayo, antes de su puesta en marcha en 2021

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Los cerca de 7.300 hogares de Maó que reciben agua de la desnitrificadora de Malbúger se enteraron este jueves de que no es apta para el consumo humano desde hace un mes, debido a una serie de incidencias en el funcionamiento de la planta que han hecho que se eleven los niveles de nitratos y que tampoco se pueda garantizar la total desinfección del agua que suministra a la red.

El informe de Hidrobal que pone de manifiesto estas deficiencias está firmado el 21 de agosto y tuvo entrada en el Ayuntamiento de Maó dos días después, pero no se tomaron medidas hasta este jueves a primera hora de la tarde, cuando se paró la planta y se emitió un aviso a la ciudadanía a través del servicio de información municipal por Whatsapp.

El Ayuntamiento advirtió a la población para que no consuma agua de la red, ni para beber ni para cocinar, aunque sí pueden utilizarla «sin riesgo para la salud» para la ducha o para limpiar la ropa o los utensilios de cocina. La desnitrificadora que se estrenó en 2021 quedó este jueves paralizada temporalmente hasta que se revise su funcionamiento.

La situación se destapó a raíz del trabajo de la oposición del PP, que realiza el seguimiento semanal de los escritos y comunicaciones que recibe el Ayuntamiento a través del registro de entrada y conoció así el informe de incidencias en la Estación de Tratamiento de Aguas Potables (ETAP) de Malbúger entre noviembre de 2023 y agosto de 2024.

Mala calidad

El 27 de octubre de 2023 se recibieron avisos y quejas puntuales de clientes por el mal olor del agua distribuida en la red de Malbúger. A raíz de esas quejas Hidrobal detecta algunos problemas de funcionamiento de la planta que, pese a seguir las indicaciones del fabricante (King Diamond) no se consiguen resolver. Las incidencias señaladas hace ya casi un año se refieren a que no se realiza completamente la reacción de desnitrificación en los reactores biológicos y a que no se elimina toda la carga biológica, las bacterias desnitrificadoras. En consecuencia la calidad del agua ya no es la deseada, y la empresa de suministro no obtiene respuestas concisas y convincentes sobre cómo mejorar el proceso por parte del representante de la empresa fabricante.

Se plantea entonces la instalación de sondas redox en los reactores biológicos, que se colocan varios meses después, en primavera de 2024. Durante ese tiempo, critica el PP, la planta «funcionó sin una herramienta indispensable debido a los costes».

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Los muestreos para determinar el estado del agua que sale de la desnitrificadora se prolongaron entre noviembre de 2023 y el pasado agosto; los niveles de nitratos han superado en varias ocasiones el máximo establecido de 50 mg/litro y, aunque algunas analíticas han dado resultados correctos, estos no se han mantenido en el tiempo y han empeorado con la llegada del verano.

Entre enero y marzo, mientras se intenta mejorar la calidad del agua de salida de la planta, se mantiene el suministro de agua en la red de Malbúger desde los pozos municipales de mayor calidad en cuanto a nitratos, junto con el agua de la red de Es Castell (potable) y el nuevo pozo de Curnia Nou. Así se consigue que esos meses la mezcla del agua obtenida esté por debajo del límite de nitratos. Sin embargo, entre junio y agosto Hidrobal responde a un requerimiento sanitario porque los nitratos en la red de agua potable vuelven a superar el nivel permitido.

Por todo ello, la concesionaria concluye en su informe que «no se puede asegurar la total desinfección del agua por los métodos habituales (cloro) en los puntos finales de la red» y que no se consigue desnitrificar lo suficiente en la planta como para tener «de modo constante en el depósito de Malbúger una concentración de nitratos por debajo del valor máximo».

Hidrobal asegura haber recibido diversos requerimientos de la Conselleria de Consumo por la calidad del agua suministrada y avisa al Ayuntamiento de que todas las mejoras en la planta han supuesto un importante esfuerzo económico hasta el momento y que no puede seguir asumiendo, por lo que el coste se cobrará al Consistorio. Por último, recomienda que la planta se desconecte de la red de forma provisional y que se avise a la población de la «no aptitud del agua suministrada», un aviso que debía haberse producido el pasado agosto.

«No comunicarlo a Sanidad»

El alcalde socialista insistió este jueves en que no ha escondido nada aunque «es difícil de entender que pase algo así», declaró, ante la evidencia de que un informe sobre un hecho fundamental, como es el abastecimiento de agua potable a la ciudadanía, se hubiera quedado sin leer por políticos y técnicos de un Ayuntamiento como el de Maó.

El alcalde respondió a las acusaciones de falta de transparencia y añadió que fue precisamente el Ayuntamiento el que hizo a Hidrobal un requerimiento en julio pasado para que le transmitiera    datos sobre el funcionamiento de la planta desnitrificadora, ya que «hacía tiempo que no enviaban resultados de las analíticas».   

Sin embargo, no tuvo respuesta para una parte del informe en el que se evidencia que en noviembre de 2023 los problemas que registraba la desnitrificadora se taparon. El 17 de noviembre de ese año se desconecta la planta y se vierte el agua a la red de saneamiento para proceder a una serie de actuaciones en los procesos cuyo objetivo es devolver la calidad al agua tratada. Hidrobal en su informe apunta que «de momento, se consensua con el Ayuntamiento no comunicar a Sanidad el incumplimiento» en el caso de suministrar agua con nitratos cuando se desconecta la planta.

El apunte

El alcalde, Héctor Pons, afirma que «no existía la intención de ocultar nada»

Un fallo interno, en la cadena de comunicación del Ayuntamiento, a la hora de recibir y analizar el informe, estaría detrás de ese retraso en actuar, pese a que Hidrobal hizo llegar al gobierno municipal los problemas que daba la planta.

El alcalde, Héctor Pons, declaró este jueves que «no existía la intención de ocultar nada», que supo del informe este mismo día a primera hora de la tarde y «automáticamente se ha dado el aviso a la ciudadanía de que el agua no es potable». Pons reconoció que el informe tuvo entrada en el registro municipal el pasado 23 de agosto pero la técnica de medio ambiente se hallaba de vacaciones y, posteriormente, se puso de baja, por lo que no fue analizado.