La lengua azul es propio de los rumiantes, aunque afecta más a corderos y ovejas, que al ganado bovino. | Josep Bagur Gomila

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Los ganaderos  de la Isla ven con preocupación los efectos que puede tener sobre sus actividades la declaración de Menorca como zona afectada por la lengua azul. Temen que el foco detectado en una finca de Ferreries cause perjuicios a la exportación de ganado, en la necesidad de desinsectar y desinfectar o en su fertilidad. En consecuencia de todo, muestran su preocupación por el rendimiento económico de los llocs.

La lengua azul afecta a los rumiantes, principalmente a ovejas, pero también a cabras y ganado bovino, el más numeroso en Menorca. Precisamente, para informar de la situación, la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural del Govern ha convocado este lunes una reunión con representantes de las organizaciones agrarias, técnicos, veterinarios de las agrupaciones de defensa sanitaria (ADS) y responsables políticos. Así lo comunicó el viernes el propio director general de Agricultura, FernandoFernández.

Nueve meses libres del virus

La lengua azul es una afección habitual en la ganadería. De hecho, entre 2021 y 2023 Menorca ya había sido zona afectada y no fue hasta enero de este año la Isla recibió el ‘alta’, como territorio libre del virus. Esas experiencias previas son las que tienen en vilo a los payeses, con una «incertidumbre» hasta conocer la situación real. Para la presidenta de la Asociación Agraria y Ganadera de Menorca (Fagme), Catalina Pons, «la lengua azul nos afecta mucho, supone tener que hacer analíticas, gastar más en productos de desinfección y desparasitación», que se añaden a los tratamientos que se hacen de forma habitual. Por ejemplo, «cada dos o tres semanas hay que desinfectar, rociar cien animales puede costar 300 euros» y para la lengua azul «suele ser más caro».

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Aunque es una enfermedad menos propensa en las vacas, no implica menos medidas. «Entre septiembre    y Navidad, incluso enero o febrero, nacen los terneros, para aprovechar que hay pastos en invierno», apuntaba Margarida Llambías, de Unió de Pagesos. «Se suelen vender para engorde en Catalunya o la Península, pero no sabemos si tendremos que quedárnoslos todos» o, en todo caso, tener que hacer analíticas a la espera de resultados satisfactorios. Esto supone un gasto añadido, «no es lo mismo tener que alimentar a los terneros más tiempo, ni todos los ganaderos tienen sitio para 30 o 50 cabezas más».

Con las ovejas es distinto, según el presidente de la Asociación de la Oveja Autóctona de Menorca, Francesc Truyol. El tema de la exportación no preocupa tanto, porque es un producto que no suele salir de la Isla. Así, la atención se centra en lo letal que pueda ser la variante del serotipo 8, «más agresiva que la anterior». En este sentido, «aún no sabemos si afectará más a la mortalidad, o a la reproducción», ya que «puede hacer que la oveja no pueda parir uno o dos años». Sobre la comercialización de la carne «no hay problema, el virus no se transmite a los humanos, ni por consumo, ni por contacto».

La consellera de Economía del Consell, Maria Antònia Taltavull, reconocía los efectos negativos que supone la lengua azul y la necesidad que hay de extremar medidas para evitar contagios. Asimismo, añadió que «es más habitual que ocurra en años secos, con menos abundancia de comida y con los animales más debilitados».

Las claves
  1. Restricciones a los movimientos de ganado tanto interior como exterior

    La declaración de zona afectada por la lengua azul impide que no se pueda mover el ganado. Esto afecta principalmente a los ganaderos bovinos, que ven como empieza la época de cría de terneros con la duda de si podrán exportarlos a la Península.

  2. Incremento de gastos en análisis y para desinfectar y desparasitar el ganado

    El ganadero es el encargado de comunicar si hay casos sospechosos. Esto obliga a realizar analíticas y a extremar medidas de desinfección y desparasitación, ya que se trata de una enfermedad transmitida por mosquitos.

  3. El virus puede afectar al ciclo reproductivo del ganado ovino

    En el caso de las ovejas, la lengua azul puede ser más o menor letal según la variante de que se trate. Además, suele interferir en los ciclos reproductivos de la especie, impidiendo que las hembras puedan parir incluso durante varios años.