Instalaciones de la EDAR Cala Galdana, que sirve a los núcleos de Cala Galdana ySerpentona y puede tratar 1.500 metros cúbicos por día.    | Josep Bagur Gomila

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La mayoría de las depuradoras de la red pública de saneamiento de Menorca, las que gestiona la Àgencia Balear de l’Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua), están al límite de cumplir su vida útil, estimada en una media de 25 años, y aunque sus caudales ya se dimensionaron teniendo en cuenta la población flotante y a 20 o 30 años vista, los episodios de lluvias torrenciales hacen que se desborden; en ocasiones el exceso de agua ni siquiera llega a las estaciones de tratamiento porque el alcantarillado no da abasto y en muchos casos no existe una red separativa para los dos tipos de aguas, las residuales y las pluviales. El resultado es conocido y se repite con cada temporal, descargas en el mar y en los torrentes de aguas mezcladas que elevan los niveles de contaminación fecal.

La mayoría de esas trece estaciones de tratamiento de aguas residuales se construyeron en la década de los años 1990 del siglo pasado, cuando también se creó la empresa pública Instituto Balear de Saneamiento (en la actualidad Abaqua), y se impulsaron este tipo de infraestructuras en la comunidad autónoma.

En la década de los años 2000 se construyeron depuradoras como las de Es Migjorn, Cala Galdana, Cala en Porter y Binidalí, esta última es de 2007, aunque sigue sin funcionar porque falta construir el emisario submarino. Las más antiguas, como la de Alaior y Sant Lluís, de 1990 y 1992, han recibido inversiones de mejora posteriores, y las más modernas son la de Addaia construida en 2019 y la nueva de Ferreries, de 2016.

Mantenimiento

La edad de las depuradoras obliga a realizar fuertes inversiones para su mantenimiento y modernización, recursos económicos para los cuales muchas veces se ha de recurrir a financiación europea. Entre las inversiones futuras Abaqua tiene previstas remodelaciones integrales de las depuradora de Sant Lluís y de Es Mercadal, esta última ha cumplido ya 26 años desde su construcción; asimismo están en redacción los proyectos para acometer también la remodelación de los sistemas en la EDAR Ciutadella Sur. Esta depuradora data de 1992 y consta de tres líneas con una capacidad de depuración total de 15.000 metros cúbicos por    día.

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A largo plazo otra de las actuaciones de futuro que se contemplan en el Plan Hidrológico de Balears 2022-2027 es, con el acuerdo de los ayuntamientos de Maó y Alaior y del Consell, replantear los sistemas de Cala en Porter y Sant Climent para establecer un sistema supramunicipal asociado a la depuradora de Cala en Porter. La EDAR de Cala en Porter tiene dos líneas y no tiene problemas para dar servicio a esta urbanización, con una capacidad total de tratamiento de 2.250 metros cúbicos al día. Como previsiones de futuro se incluye que pueda asumir Sant Climent, Binixíquer, Calescoves y Son Vitamina.

Capacidad de carga

Las depuradoras públicas de Menorca están diseñadas para tratar la carga contaminante, en cuanto a aguas residuales generadas, de una población máxima de cerca de 280.000 personas, (279.545 habitantes equivalentes). Si se tiene en cuenta el aumento de población en verano, con la máxima presión humana situada en cerca de 230.000 personas sobre la Isla –el pico registrado el 8 de agosto de 2023 fue de 229.483–, resulta obvio que las depuradoras públicas van al límite en los meses punta de la temporada turística, aunque no de una manera preocupante si se compara con la red de Mallorca, donde según el último informe de saneamiento y depuración, en 2022    había siete estaciones con exceso de caudal de entrada respecto al diseñado inicialmente.

Este mismo informe constata que el caudal de aguas residuales que entra en las depuradoras públicas de la Isla es el adecuado a su tamaño y capacidad, es decir, no se supera el caudal de diseño.

En cuanto al caudal depurado, en 2023 fueron 8,65 hectómetros cúbicos. Las aguas a tratar aumentan de forma considerable en la temporada alta, y agosto de 2019 ostenta todavía el registro más alto, aunque no se llegó a superar el valor de 1,3 hectómetros cúbicos, que es el caudal de diseño mensual de todas las depuradoras de la Isla. En 2022 el caudal depurado en verano creció un 18,85 por ciento respecto al año anterior.

El apunte

La reutilización sigue como asignatura pendiente

El uso del agua depurada para el riego agrícola o para usos urbanos sigue siendo escaso. Los últimos datos del Plan Hidrológico indican que solo un 10 por ciento se reutiliza para regar el campo, el único proyecto que funciona a pleno rendimiento es la comunidad de regantes de Ciutadella y Son Bou Vell. Sant Lluís tiene constituida comunidad de regantes desde 2022 pero aguarda informes, y la comunidad de Es Mercadal reclama la mejora de la calidad del agua depurada. La EDAR de Addaia proporciona agua de riego al campo de golf Son Parc, y la de Maó-Es Castell sirve para la refrigeración de la central térmica. Las depuradoras, además del tratamiento primario y secundario, en algunos casos incorporan tratamientos específicos para eliminar nutrientes del agua tratada y de filtración o infiltración-percolación.