«En un día con crucero vendo más que en 15 días sin», explica la propietaria de un establecimiento de souvenirs frente a la antigua Estación Marítima de Maó. A pocos metros, en la tienda Castillo Menorca también son claros al respecto: «Se nota mucho cuando vienen cruceros», asegura su encargada, que tiene bien apuntados los días en que hay llegadas. Son las impresiones de las tiendas ubicadas a pie de puerto, pero no cambian demasiado a medida que se asciende al centro. «La diferencia es mucha. Si no hay cruceros, mira (señala a la tienda vacía). Pueden haber mil euros de diferencia en caja», asegura una comerciante del Carrer Nou.
Así hasta 20 responsables de establecimientos fueron consultados ayer por este diario y mostraron su postura unánime sobre el impacto positivo que tiene la llegada de cruceros para sus negocios, en un contexto de contracción del gasto por la alta inflación. Bares y restaurantes se llevan la peor parte. Según la estadística sobre el perfil de los cruceristas, apenas pasan tres horas y media en tierra y las consumiciones de alimentos y bebidas fuera del barco son mínimas. Tiendas de ropa, recuerdos, complementos y productos alimentarios son los que llaman más la atención sobre la trascendencia para sus negocios de este tipo de turismo, que el año pasado atrajo a la Isla a casi 70.000 visitantes.
El sentir general recabado ayer por este diario contrasta con la mala imagen que en los últimos años está rodeando al sector de los cruceros, asociado a masificación de los cascos urbanos y escaso gasto. El estereotipo se ha alimentado sobre todo por las derivadas negativas que grandes ciudades como Palma o Barcelona han venido padeciendo, pero la percepción desde el mostrador de una tienda del centro de Maó es bien distinta. «Los cruceros alegran el cotarro, ojalá vengan más, los días de crucero vendemos mucho más», defiende el encargado de una tienda de la cuesta de la calle Hannover».
Es precisamente lo que está ocurriendo. Hasta julio ya habían llegado cinco cruceros más que el año pasado y las previsiones todavía son más positivas para los próximos meses. Atendiendo a las escalas programadas a día de hoy, desde Autoritat Portuària de Balears (APB) estiman que el año terminará con el paso de 94 cruceros en Maó, 13 más que en 2023. Ese es el año al que se refieren los datos de gasto turístico de los cruceristas que acaba de publicar Ibestat, por lo que se prevé que el volumen de negocio aumente también al cierre del año en curso.
En la comparación con las magnitudes de negocio que genera el turismo en general, el de cruceros empalidece. No obstante, hay que tener en cuenta que su área de influencia es mucho más reducida, principalmente la zona del puerto y el centro de Maó. No en vano, las estadísticas muestran que son mayoría los que bajan del barco durante la escala y minoría los que contratan excursiones a otros puntos de la Isla. «Para nosotros los cruceros son muy importantes», reiteran desde un comercio ubicado en la calle la Plaça Espanya.
Desestacionalización
La programación de cruceros del puerto de Maó distingue cada año a este tipo de turismo por su gran capacidad de atraer a visitantes al casco urbano de la ciudad de Llevant tanto en los días soleados del verano, cuando los turistas convencionales llenan las playas, como en los meses más flojos de la temporada turística. Tomando las previsiones de APB se puede observar como el mes con más cruceros previstos (el año pasado ya fue una realidad) es octubre, con 19, seguido de septiembre, con 15, de mayo, con 13, y de abril, con 12. Incluso en noviembre y diciembre hay programadas escalas (siete en noviembre y una en diciembre). Sin embargo, en los meses centrales de la temporada la demanda desciende y solo se registraron siete escalas en julio y hay diez para este mes de agosto.
El apunte
Se prevé que el año acabe con un 42 % más de cruceristas que en 2023
23 comentarios
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Les guste o no... la gente viaja , va y viene y no se detiene
StarlightA ver iluminado, y así te llamo por el mismo nick que te has puesto que luego encima algunos teneis la piel muy fina, dice que dan oxígeno pero la verdad que cuando llegan se disparan los índices de contaminación (salvo excepciones) y eso repercute en nuestra salud. Si alguien cree que su negocio está sobre la salud de otros que contribuya más y que al menos cuando pida cita con mi médico de cabecera por problemas respiratorios no me den cita para 10 días después. Que se note que vale la pena j@@@@@@s. Es que luego encima lloran. (Y que conste que ya se que pagan demasiado pero es para mantener el buenismo no para inversión en el pueblo menorquín, deberían estar de nuestro lado y su lucha no debería ser para que vengan más cruceros sino que se les deje de acribillar a impuestos) Entiendes? O te lo explico de nuevo?
Qué diuen n’Hector i cia???
Tinguent en compta que només reduir es consum de sa dessaladora (ves sebre que ens costa en total), ens costarà 1 milió d'euros, no sé si surten es nombres.
ResidentDisculpe usted, saturan las vías urbanas, y entorpecen la vida urbana a cambio de no molestar en las playas. Pero nomás. Salvo lo qie deben de contaminar esos bichos.
Dan oxigeno y se llevan agua, fenomenal!!
What ! The last several months have been against tourism ....
Yo lo que no entiendo es el cambio de criterio de los comerciantes, porque hace un tiempo declaraban que no les compensaba abrir los comercios porque los cruceristas no hacían gasto. Y ahora parece que son los que los salvan.
Però sa gent d'esquerres prefereix que no venguin creuers i que Maó presenti encara una imatge més desangelada de sa que presenta, amb comerços tancats i edificis que semblen sortits de Cuba... si Maó vol creixer, és hora d'anar canviant d'alcalde
2 millones da a 2000 euros de media por comercio. Algunos se llevarán más y otros menos. Sin contar que muchos cogen autobús a otros pueblos. Tampoco es para tirar cohetes.