El cierre forzoso de la playa de Cala en Porter por los daños causados por el paso de la DANA ha afectado a los negocios de la zona | Gemma Andreu

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A pesar de que el verano empezó con la llamada ‘guerra de las piedras’, cuando el propietario del aparcamiento de Cala en Porter cerró la parcela sin avisar colocando grandes rocas en el acceso, la temporada estaba funcionando muy bien en la urbanización de Alaior y todos los negocios marchaban viento en popa.

Pero la DANA que arrasó el arenal el pasado 15 de agosto, obligando a cerrar la playa a causa de la falta de arena y de la presencia de aguas fecales, ha cambiado por completo el panorama y el pesimismo se ha instalado entre los propietarios de los negocios turísticos, que han visto cómo de la noche a la mañana desaparecían sus clientes.

Los más perjudicados son los establecimientos situados a pie de playa, algunos de los cuales aseguran que su facturación ha caído hasta un 90 por ciento desde el pasado jueves, aunque la pérdida de clientes se está notando en toda la urbanización. Por ello, ahora piden que las administraciones actúen lo más rápido posible para restituir la normalidad, porque si la actual situación se prolonga, lo que empezó bien podría acabar muy mal.   

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Aspecto que ofrecía este martes la playa de Cala en Porter, inundada y cerrada a los bañistas.

Pérdidas y desaliento

Entre los negocios más perjudicados está la tienda de artículos de playa Los barriles, cuya propietaria, Montse Hilario, explica que su facturación ha caído en picado desde el pasado jueves. «Este mes de agosto, las cosas estaban funcionando muy bien, incluso mejor que otros años, y estábamos haciendo buenas cajas, pero desde el paso de la DANA hemos tenido un descenso de la facturación del 90 por ciento», asegura. Por ello, afirma que si las cosas no se solucionan rápido, tendrá que poner dinero de su bolsillo para pagar a los trabajadores.

Hilario también señala que entre los establecimientos de la playa se ha extendido el desaliento y la resignación. «Aquí hay una sensación de desánimo, porque vemos que la playa ya lleva seis días cerrada y no se está haciendo nada, ni hemos visto ninguna grúa para retirar las palmeras que se están pudriendo.  Todo el mundo se ha volcado con Es Mercadal y nadie está hablando de Cala en Porter», lamenta.

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Al lado de la tienda de Montse Hilario, está la Terraza Wet, cuyo encargado también cifra en un 90 por ciento el descenso de la facturación. «Hasta que no se abra por lo menos el acceso a la arena estamos muertos, porque dependemos de la gente que acude a la playa»,  afirma.

Otro negocio que está viendo cómo disminuyen sus ingresos es Monkey Kayak, desde donde sitúan el descenso en un 40 por ciento. «Nosotros seguimos haciendo las salidas mediante reserva, pero ha caído en picado el alquiler directo en la playa», explica su propietario, Ricard Pujol. Negocios como el suyo siguen prestando servicio porque la rampa de salida para embarcaciones y kayaks está operativa.

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El propietario de Monkey Kayak, Ricard Pujol, asegura que su facturación ha caído un 40 por ciento por culpa de la DANA | Gemma Andreu

Pujol asegura que julio y agosto estaban siendo unos meses muy buenos y critica la falta de información por parte de las distintas administraciones. Se queja de la desatención hacia la urbanización: «Cala en Porter somos los olvidados de Alaior», añade.

Los restauradores de la parte de arriba de la urbanización también están notando el descenso de clientes y en la Pizzería Samoa sitúan en el 30 por ciento la bajada de la facturación. «Esperamos que por lo menos se pueda abrir pronto un trozo de playa, porque si esto sigue así hasta el final de temporada, será un desastre», apunta Gianfranco Leonardi, encargado de la Pizzería Don Gelato.

Primeras cancelaciones

También se vive la situación con preocupación desde el sector del alojamiento turístico, y hoteles como el Castell de Lô ya han recibido algunas anulaciones, y otros negocios, como los apartamentos Siesta Mar, están notando una ralentización de las reservas. «De momento, nosotros no estamos teniendo cancelaciones, pero si no se soluciona, nos podría afectar mucho», remarca su propietario, Manuel Sabin.

El apunte

Son Bou se abre al baño, pero Cala en Porter sigue cerrada por aguas fecales

Las analíticas que se realizaron el lunes en Cala en Porter han confirmado el vertido de aguas fecales y la presencia de la bacteria E coli (Escherichia coli), por lo que la playa se mantiene cerrada, a la espera del análisis de las nuevas muestras que se tomarán este miércoles. En cambio, en Son Bou este martes ya volvía a ondear la bandera verde en la mayor parte de la playa, tras dos días de prohibición de baño por los vertidos fecales.