Vídeo correspondiente a una área de aportación de residuos en el puerto de Maó.

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La temporada alta está tensando las costuras del sistema de recogida de residuos puerta a puerta. La llegada de visitantes desinformados a zonas en las que se acaba de implantar este nuevo modelo está dejando en plena punta estival escenas de basura acumulada por las calles y turistas y propietarios de segundas residencias desconcertados.

Áreas de aportación de residuos ubicadas en zonas de ocio como el puerto presentan día sí día también unos niveles de saturación llamativos, con contenedores a reventar y vecinos quejosos por los malos olores y la proliferación de roedores, mientras el llamado turismo de basura desborda los contenedores en barrios y municipios colindantes que siguen con el antiguo sistema.

El primer verano de la recogida puerta a puerta está llevando al límite el servicio, como reconocen desde el departamento de Medio Ambiente del Consell, que señala a los defectos del contrato de recogida, evidenciados por la época de mayor actividad: «Estamos en el pico del verano, hay muchísimos residuos, este contrato no daba solución a multitud de problemas, nuestra intención es ir corrigiéndolos», explica  el director insular, Mateu Aínsa, quien adelanta que tras el verano harán balance para identificar y actuar sobre las carencias.

Buscan los antiguos contenedores

Una de las situaciones más delicadas se está registrando en las urbanizaciones de S’Altra Banda de Maó, donde el sistema puerta a puerta se puso en funcionamiento hace menos de un mes, a principios de julio. La llegada en poco tiempo de un gran número de propietarios de segundas residencias y de turistas que se alojan en viviendas de alquiler ha provocado un choque contra la realidad. Los contenedores han desaparecido y muchos desconocen –o hacen caso omiso– el nuevo sistema.

Lo atestiguan las imágenes de las antiguas zonas de contenedores en la calle con desperdicios descomponiéndose a pleno sol pese a los carteles informativos. La escena se repite en otras zonas de S’Altra Banda donde el puerta a puerta se ha implementado en plena temporada alta.

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En Cala Llonga, los puntos donde se ubicaban los viejos contenedores sirven estos días de vertedero a pesar del cartel informativo que advierte que el sistema de recogida ha cambiado. Hay muchos propietarios de segundas residencias y visitantes desconcertados por la novedad | Gemma Andreu

Las soluciones rápidas por las que optan los recién llegados ante la desaparición de los contenedores de la calle son básicamente dos: dejar los residuos en la calle o meterlos en el coche y llevarlos a otros puntos del municipio en los que todavía persisten los viejos contenedores, que soportan mayor presión. El conocido como turismo de basura ya ha provocado quejas en barrios de Maó y en pueblos vecinos como Sant Lluís. Ahora desde Cales Coves (Alaior) los vecinos denuncian también la llegada de residuos de urbanizaciones mahonesas colindantes. El Ayuntamiento de Alaior asegura que todavía no ha recibido quejas, pero avanza que estará muy vigilante.

Otro punto de conflicto con la recogida de basura en la zona del levante menorquín son las áreas de aportación del puerto de Maó y de otros puntos del municipio. Estos espacios de acceso restringido con un tarjeta de identificación están muchas veces desbordados, a pesar de que desde el Consorcio de Residuos y Energía de Menorca subrayan que «se vacían y se limpian cada día». El problema, como explica, Mateu Aínsa, es que «a veces están limpios y vacíos a las siete de la mañana y a mediodía ya están llenos».

Áreas de aportación de residuos de zonas como Sant Climent, Sa Mesquida o el puerto de Maó aparecen día sí día también rebosantes de basura
Áreas de aportación de residuos de zonas como Sant Climent, Sa Mesquida o el puerto de Maó aparecen día sí día también rebosantes de basura a pesar de que desde el Consorcio de Residuos y Energía de Menorca aseguran que el servicio de recogida pasa a diario para vaciarlos y limpiarlos.

Es aquí donde desde el Consell señalan a un problema con los negocios de la zona, y en especial con los de restauración, a los que este verano se les ha dado acceso a las áreas de aportación como complemento al servicio puerta a puerta.    «Las áreas de aportación no estaba pensadas para eso, solo para los vecinos de viviendas diseminadas a los que no llega el puerta a puerta». Otro factor al que señalan los vecinos de la zona es la llegada de embarcaciones de recreo con basura a zonas de amarre, cuyos gestores también tienen acceso a las áreas de aportación de residuos.

«Cuando termine la temporada haremos balance y veremos quién ha utilizado correctamente estos espacios y probablemente buscaremos una alternativa para los locales comerciales», aseguró Aínsa, quien reconoció la «saturación» de estas zonas, algo que –en rigor hay que recordar– ya ocurría antes de la implantación del sistema.

«No podía ni abrir la puerta»

«El otro día fui a tirar la basura y no podía ni abrir la puerta de los residuos acumulados que había dentro», explicaba este lunes por la mañana un vecino de la zona cerrada de contenedores más cercana a la Costa Corea.

Fuentes del servicio de recogida reconocían que no solo se está registrando un problema de exceso de residuos en estas áreas de aportación, sino de malas prácticas, sobre todo por parte de grandes generadores de residuos. Cabe recordar que los vecinos y comerciantes autorizados pueden acceder con una tarjeta y sacar la basura ‘a la antigua’, sin calendario, horario ni, por lo visto, demasiado control.

Ese control se hace todavía más complicado en casos como el constatado por este diario este lunes por la mañana en otro punto del puerto de Maó, el más cercano a la Colársega, donde el área de aportación de la zona estaba abierta de par en par, dando la oportunidad de acceder y dejar sus residuos a cualquiera que pasara por la calle. El nuevo sistema está siendo sometido en su primer verano a una auténtica prueba de fuego, que, a    la espera de conocer los balances oficiales, se está saldando con quemaduras de distinto grado.

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Montón de basura camino de Favàritx. La retirada de los contenedores que estaban ubicados junto al colegio CEIP Tramuntana, en el acceso a  la carretera de Favàritx, ha provocado que en los últimos días se generen vertederos improvisados de basura. El de la imagen a día de ayer ya había sido retirado por los servicios de recogida | Gemma Andreu

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El apunte

Obligan a los payeses a ir de Favàritx al puerto de Maó para ir a tirar la basura

La implantación del puerta a puerta en las zonas más alejadas de Maó está conllevando distorsiones llamativas. Una de ellas la denuncian encargados de fincas de la zona de Favàritx, a los que han retirado los contenedores que se ubicaban en las cercanías de la escuela Tramuntana. Desde el Consorcio de Residuos y Energía de Menorca les han informado que deben dirigirse hasta el área de aportación de residuos del puerto de Maó, obligándoles a un recorrido de más de ocho kilómetros para ir a tirar la basura.