La falta de trabajadores cualificados compromete el futuro del calzado en Menorca | Gemma Andreu - Gemma Andreu

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El Cercle d’Economia de Menorca advierte, en su última nota de opinión, que el proceso de desindustrialización que sufre la Isla desde hace décadas podría desembocar en la desaparición del sector del calzado en un plazo de diez años, lo que implicaría la pérdida de 900 puestos de trabajo y de una facturación conjunta de alrededor de 80 millones de euros.

Por ello, hacen un llamamiento a las instituciones para que tomen conciencia de la gravedad de la situación, y pongan en marcha medidas para que Menorca no pierda una de sus industrias más emblemáticas, lo que dejaría «tocada de muerte» la tan reivindicada diversificación económica.

Normativa y doble insularidad

Entre las amenazas que comprometen el futuro del calzado menorquín, el Cercle destaca el problema estructural de la doble insularidad, que se ha agravado con el repunte de la inflación y de conflictos como la guerra de Ucrania, que están comportando un incremento constante del coste de las materias primas y del transporte de mercancías.

También se apunta al cambio de criterio del Gobierno con relación a los contratos fijos discontinuos, que «penalizan laboralmente el funcionamiento de una industria como la del calzado, sometida a las temporadas de moda, y que no puede asumir una estructura fija de producción».

En lo referente a la legislación, desde el Cercle también señalan que la nueva normativa que regula la morosidad compromete la viabilidad financiera de las empresas de la Isla, puesto que impide el acceso a las ayudas públicas a las empresas que no pueden pagar en un plazo de 30 días, cuando las dinámicas de cobro en el sector superan los 180 días, que es el periodo que transcurre desde que se fabrican los zapatos hasta que se venden en las tiendas.

Finalmente, se destaca el grave problema del relevo generacional en la mayoría de fábricas, especialmente en los puestos estratégicos de producción, «que pueden poner en riesgo el prestigio conseguido a nivel mundial  por las marcas menorquinas».

El apunte

La mayoría de auxiliares del calzado han cerrado y se depende más del exterior

Desde el Cercle d’Economia, también aseguran que la falta de relevo generacional y de trabajadores cualificados en la Isla, especialmente con relación a perfiles como el de repuntador, montador o cortador, es una problemática que ya está teniendo como consecuencia el cierre progresivo de las empresas auxiliares, lo que dificulta el mantenimiento de la estrategia de calidad que ha caracterizado a las marcas menorquinas.

Además, la desaparición de la industria auxiliar ya está obligando a deslocalizar una parte de la producción a otras zonas del país o hasta del extranjero, lo que dificulta el poder tener un producto acabado a un precio competitivo. Por todo ello, desde el Cercle se hace un llamamiento a la sociedad menorquina para que defienda el oficio de zapatero, así como su aprendizaje por parte de las nuevas generaciones, que deben ser conscientes de la oportunidad que representa trabajar en la Isla y en un sector que es un referente a nivel mundial.