El aumento de pisos turísticos en Menorca, junto al auge del alquiler temporal, está limitando el mercado residencial. | Josep Bagur Gomila

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Los propietarios de la Isla que suelen alquilar sus casas a docentes durante el invierno, y luego destinan la vivienda al alquiler turístico durante los meses de verano, en muchas ocasiones de manera ilegal, lo tendrán más difícil cuando entren en vigor los cambios normativos que prepara el Gobierno para mejorar la regulación de los alquileres de temporales. Con esta iniciativa, el Ejecutivo pretende evitar los fraudes en el uso de este tipo de contratos, cuya abuso se considera que está provocando un aumento de los precios.

Todo ello se desprende de las primeras conclusiones del grupo de trabajo del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana sobre la regulación de los alquileres temporales, del cual forma parte el conseller socialista Eduardo Robsy, y que entre otras medidas prevé la creación de un registro único de alquileres de corta duración, que será de obligada inscripción tanto para los alquileres turísticos como los temporales, y que servirá como una especie de «matrícula» para saber el uso que se está dando a las viviendas. En referencia a este nuevo requisito, la ministra Isabel Rodríguez ha remarcado que «no se puede tener una vivienda en temporal y en turístico al mismo tiempo, porque entonces algo no está saliendo bien».

De esta manera, se pondrá fin a una práctica muy extendida en Menorca, mediante la cual muchos propietarios combinan el uso temporal y el turístico en sus propiedades, con el objetivo de maximizar sus beneficios, y causando la práctica desaparición en la Isla del alquiler de larga duración o residencial.

Uso fraudulento

Eduardo Robsy explica que las propuestas que surgen del grupo de trabajo para la regulación del alquiler de temporada parten del consenso de que este tipo de alquiler se está usando de manera fraudulenta. «Se está empleando como fórmula de escape para evitar las mayores restricciones que tienen los contratos de alquiler habitual, y también para destinar los pisos a usos turísticos que no estarían permitidos, puesto que se utiliza la fórmula del contrato de temporada para disfrazar lo que realmente es un uso turístico», asegura.

Por ello, ahora se aprovecha el reglamento de la Unión Europea 2024/1028, que regula el intercambio de datos relativo al servicio de alquiler de alojamientos de corta duración, para crear este registro y utilizarlo como herramienta para controlar los alquileres de temporada.

Justificación

Otra medida que se prevé implementar es la obligatoriedad de hacer constar, en el momento de la formalización del contrato de alquiler temporal, las condiciones que acrediten la causa que lleva al propietario a no acogerse al alquiler ordinario. «Que la justificación de la temporalidad ahora quede recogida en el contrato es una mejora sustancial, porque nos permitirá evitar situaciones de abuso», asegura Robsy. De igual modo, también se deberá incluir en el contrato la existencia de una vivienda principal del arrendatario, en la cual esté empadronado.

El apunte

Las comunidades de vecinos deberán autorizar los alquileres turísticos

El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana también prepara una modificación de la Ley de Propiedad Horizontal que permitirá a las comunidades de propietarios vetar los pisos turísticos. El objetivo, según señala la ministra Isabel Rodríguez, es «empoderar a los vecinos» para que su consentimiento sea «determinante» a la hora de aceptar o denegar la implantación de una actividad económica en sus fincas. De esta manera, el Gobierno apuesta por considerar el alquiler turístico como una actividad económica, y no como una modalidad de alquiler más, por lo que será necesaria la correspondiente autorización de los vecinos, con las mayorías que sean necesarias. Desde el Gobierno también remarcan que la proliferación de los alquileres vacacionales «están impidiendo el acceso de las familias al alojamiento residencial». Por ello, Rodríguez ha pedido a los ayuntamientos que limiten o prohíban este tipo de alquileres como ha hecho el alcalde Collboni en Barcelona.