Imagen de archivo de usuarios de autocaravanas en Menorca. | Josep Bagur Gomila

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Es Castell es el primer municipio de Menorca que tiene implantada la recogida de basuras puerta a puerta en su totalidad y, después de la tensión que se generó en abril al extenderse el sistema a todo el pueblo, incluso con el boicot de algunos vecinos, según denunció el Ayuntamiento, ahora el concejal responsable, Pedro Pallicer, afirma que «está funcionando bien aunque soy consciente de que es mejorable».

Como ejemplo cita que en el primer mes de implantación total, entre el 22 de abril y el 20 de mayo, se recogieron 138.000 kilogramos de residuos, el 81 por ciento separados y el 19 por ciento resto, una media de 1.800 cubos por día. Prácticamente se ha invertido la tendencia, «antes el 80 por ciento se enterraba en Milà».

Uno de los aspectos del ‘puerta a puerta’ que «se debe regular», según el concejal de Es Castell, es el de las autocaravanas y cómo se deshacen de sus residuos. «En teoría no se pueden quedar fijas en un lugar» que no esté habilitado como parking para este tipo de vehículos, recuerda Pallicer, pero si lo están «tienen que llevar la basura a los puntos limpios, las deixalleries, porque darles una tarjeta para el área de aportación cuando no pagan tasas es un agravio para el resto de vecinos», explica. La cuestión es compleja, y no solo afecta a la recogida de basuras sino también a otros servicios municipales.

Como contrapartida positiva al rechazo inicial de algunos ciudadanos al nuevo modelo, el edil señala que se han eliminado puntos de vertido incontrolado de enseres. «Ha aumentado la demanda del servicio de voluminosos que van a la deixalleria, antes junto a los contenedores aparecían desde televisiones tazas de retretes o colchones, ahora eso ha desaparecido, aunque sigue habiendo casos puntuales», señala.

Ese incivismo hace que aparezcan bolsas y residuos en caminos y zonas verdes que ahora los vecinos más concienciados tampoco pueden recoger, porque ya no hay contenedores donde depositar esa basura ajena, en muchos casos lanzada a tanques y que permanecen allí sin ser retiradas.