Todavía le quedaba un año como director en el instituto Josep Maria Quadrado, pero Miquel Àngel Casasnovas ha decidido, tras meditarlo junto a su familia, que cuando acabe este curso, cerrará su etapa como docente. Una labor que, los trece últimos años, ha simultaneado con la de director.
Asegura el historiador de Ciutadella que «la decisión no ha sido fácil, lo echaré de menos, porque me gusta dar clases y la dirección también tiene cosas gratificantes». De hecho, «tenía pensado jubilarme en 2025, pero una serie de consideraciones y el empuje de mi familia» lo han adelantado. «En agosto cumpliré 60 años y estoy bien de salud, y ya que los funcionarios de carrera tenemos esta oportunidad, me jubilaré». De ahí que haya comunicado su renuncia a la conselleria de Educación, que ya lo ha publicado en el Butlletí de les Illes Balears.
«No me aburriré, tengo varios proyectos, ahora podré hacer de historiador y dedicarme más a la ‘Enciclopedia de Menorca' [de la cual es el presidente de su patronato], porque el trabajo de dirección es bastante absorbente».
«Es más difícil»
Echando una mirada atrás, Casasnovas comprueba que ha ejercido de director «en una época bastante complicada, empecé en 2011 con el Govern de Bauzá, los recortes del TIL y una huelga indefinida» y en trece años ha ‘sufrido' «dos leyes orgánicas, Lomce y Lomloe, y la famosa pandemia; ha sido un periodo entretenido».
Las últimas décadas, en la educación «todo se ha complicado más, la normativa es cada vez más compleja y, en lugar de simplificarla, la burocracia se ha multiplicado, la gestión es más complicada», lamenta el docente. «Es verdad que se ha informatizado, pero la carga burocrática, de la directiva, y también del profesorado, es muy alta».
Lo peor de todo es que, de uno u otro modo, todo acaba «repercutiendo en los alumnos», que viven una época de cambios. «La comunidad educativa es un reflejo de la sociedad, con nuevas problemáticas, una mayor diversidad que los centros han de gestionar».
«Se nota mucho la incidencia de las redes sociales y sus problemáticas, hay cambios muy acelerados en la sociedad que repercuten en los centros», añade Casasnovas, quien defiende su posición, por ejemplo, con los teléfonos móviles. «No es ningún secreto que traen muchas complicaciones, y acaban entrando en el instituto. Pero para nosotros no es nuevo, siempre hemos tenido la misma política, prohibiendo su uso, ni siquiera en el patio», concluye.
El apunte
Cesará en Adesme como presidente después de siete años al frente
3 comentarios
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En els nostres antics temps el sistema educatiu es fonamentava en dos pilars: El sistema: exageradament memorístic que només premiava als que hi dedicaven temps, o trobaven algun goig en el que feien. Però enviava a fer feina de prest a molt d'alumnat que no podia o no xalava fent el que feia. Educatiu: el que no volen entendre moltes famílies. L'educació és i es practica a casa. Molts de pares i mares descarreguen la seva responsabilitat en l'escola o l'institut perquè ser responsable estresa. Estresa més que la feina. Els professorat que té uns 80 fills cada any i tots nous i diferents, han de solucionar els problemes particulars de cada família? I els teòrics de sempre segueixen estant lluny de la realitat i lluiten contra els altres sistemes que no són els seus, i es creuen en la possessió de la veritat en lloc d'intentar arribar a acords o emprar el mètode científic.
La gran desgràcia del sistema educatiu s'aguanta en tres pilars: crómbucs, emocions i treballs en equip. Açò ha destrossat l'educació. Tothom amb seny que pot en fuig.
Muy cierto…. Y no solo en los centros educativos… También en nuestra vida diaria. Sobran un montón de controles ineficaces y normas estúpidas.