El próximo viernes por la tarde (18 h) ofrece una sesión abierta a profesionales de la Atención Primaria de la Isla, en el Hotel Hamilton, una de las sedes de AlergoMenorca, para que puedan resolver dudas en torno a temas de alergia relacionada con sus pacientes.
Las enfermedades de este tipo tienen una prevalencia creciente y la OMS predice que en 2050 una de cada dos personas padecerá algún tipo de alergia. En Balears, a la espera de la creación del Servicio específico en el Servei de Salut, contamos con una única especialista para todas las Islas, con consulta en el Hospital Son Espases.
Los médicos de familia y comunitaria, desde Atención Primaria, puerta de entrada al sistema sanitario, tienen un papel clave en el abordaje, cribado y derivación, si cabe, de los pacientes con síntomas de alergia. Consultas no siempre fáciles de resolver, explica, y que implican también una actualización clínica constante.
¿Cómo está orientada esta sesión?
—Pretende ser una puesta en común de las dudas generadas en sus consultas por pacientes que acuden con problemas de alergia. Y ver cómo se pueden reorientar estos casos. Estará precedida de una pequeña exposición con tips relacionados con la alergia y su abordaje. En el sistema sanitario es importante que los médicos de familia y comunitaria tengan unas buenas pautas para derivar a los pacientes, y de alguna manera, optimizar las visitas a los especialistas.
¿Cómo puede afectarles la carencia de especialistas alergólogos?
—Muchas veces, se traduce en que se contemple menos la necesidad de derivación. En el congreso también se abordará cómo ven los médicos de Atención Primaria la ausencia de un servicio de esta especialidad, con una charla de Julia López Resusta, médica de familia y miembro de la junta del Col·legi de Metges de les Illes Balears. Hay que tener en cuenta que Balears es la única comunidad autónoma que no cuenta con la creación de este servicio en el sistema público de salud.
¿Cuáles son los tipos de alergia más frecuentes?
—La respiratoria y alimentaria, si bien los problemas de alergia a medicamentos van en aumento.
Se calcula que entre el cinco y el diez por ciento de la población padece asma. En Balears, muchas veces, por alergia a los ácaros, plantas como el olivo o a epitelios de animales. Se ha constatado que después de la pandemia la gente tiene más mascotas, quizás, para prevenir el aislamiento, y esto ha aumentado la prevalencia de este tipo de alergias.
¿Cuáles son las de más difícil abordaje?
—Desde mi punto de vista, la alergia a medicamentos. Los médicos de familia y comunitaria ante casos de alergia cutánea pueden derivar al dermatólogo. Y derivar casos de alergia respiratoria al otorrinolaringólogo y neumólogo. Las alimentarias, en edades tempranas, se derivan a pediatría, pero en adultos es más complicado. Como las alergias a medicamentos, que requieren estudios especializados. Difícilmente otros médicos que no sean alergólogos pueden cubrir este nicho.
¿Cómo repercute en el paciente?
—La sospecha de alergia a un medicamento hace que, en muchas ocasiones, se prescinda del uso de ese grupo farmacológico, con todo lo que conlleva. Así, en muchos pacientes se ha evitado el uso de betalactámicos (penicilina y derivados) que son antibióticos con muchas ventajas, cuando un estudio alergológico correcto ofrecería alternativas dentro de la misma familia de fármacos o incluso podría descartar alergia. Esto es especialmente importante con los medicamentos oncológicos. Con técnicas de desensibilización se podría incluso administrar el medicamento al que el paciente tiene alergia.
¿El riesgo de alergia a medicamentos se tiene suficientemente presente?
—Es un dato que tiene que estar recogido en todas las historias clínicas. La alergia a fármacos puede poner en riesgo la vida de un paciente, y en caso de anafilaxia, alergia grave, puede incluso provocar la muerte.
¿Repercute aquí la falta de especialistas?
—Los médicos de familia o los médicos de urgencia saben, evidentemente, tratar la anafilaxia. Pero requiere de estudios etiológicos, y hay que buscar la causa, para que el paciente evite aquello que lo está ocasionando. Es una tarea que solo puede hacer el alergólogo. Toda persona que sufre una anafilaxia tiene que ser derivada al especialista. No hacerlo induce a estar en una situación de riesgo potencial siempre, aunque estos pacientes lleven siempre adrenalina inyectable para el tratamiento inmediato.
¿Los avances en este campo son importantes?
—El conocimiento crece a una velocidad vertiginosa y requiere de actualizaciones constantes, como ocurre en todos los ámbitos de la Medicina. Se descubren nuevos agentes, nuevos alimentos o proteínas de los alimentos que pueden producir problemas de alergia. O nuevos fármacos, como la utilización de anticuerpos monoclonales. Todo esto necesita un continuo reciclaje.
¿Confía en que estará implementado el Servicio de Alergología ya el año que viene?
—Todos los años pensamos lo mismo… Vamos a ver qué sucede ahora en la mesa a la que hemos invitado a los parlamentarios de los distintos grupos políticos para ratificar esta voluntad, recogida en el Pacto del Hamilton. La otra parte del congreso, el sábado, se centrará en los aspectos clínicos y reunirá a 50 especialistas de todo el país.
¿De dónde surge su interés por esta especialidad de la Medicina?
—Desde siempre me gustó la inmunología, que describe cómo funciona nuestro sistema inmunológico. Esta especialidad es de hecho alergia e inmunología clínica.
¿Y es el vínculo familiar lo que explica la elección de Menorca para el congreso?
—Mis dos abuelas eran menorquinas; tengo un nexo importante con la Isla. Como mi hermana Margarita, médico patólogo, autora cada año de la acuarela para ilustrar el díptico del congreso, que recoge su preciso paisaje.
2 comentarios
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No me digas: y más de uno creyendo que en el sistema farmacológico son unos santos...
Y también se PRIVA de otros medicamentos para otro tipo de patologías, los cuales se ELABORAN en España y se exportan a otros países ……. que pagan más por ellos.